Lambie y Alberts, dos de los mejores de la Currie Cup 2010
Una vez finalizada la liga regular, mañana se disputan las semifinales de la Currie Cup:
Sharks-Blue Bulls y
Western Province-Cheetahs. Tras el
análisis que realicé al inicio del torneo, ahora toca repasar lo que ha sucedido en la fase de grupo, y de inicio se podría decir que se han cumplido las expectativas. Los cuatro clasificados eran los favoritos, y de ellos cualquiera puede llevarse el título a finales de mes. Pero vayamos uno a uno, por orden clasificatorio:
Skarks: son los grandes favoritos, aunque ya el año pasado lideraron la tabla clasificatoria para acabar cayendo en semifinales, en casa, ante los Cheetahs, y este año su rival será todo un peso pesado, los Blue Bulls. Pero han sido durante los 4 meses de competición el equipo más regular, con una defensa poderosa y un ataque muy efectivo, destacando el jovencísimo Pat Lambie (que ha pasado de fullback a medio scrum, intercalando la posición de centro), cuarto máximo anotador de la competición, y una tercera línea devastadora, encabezada por un potencial Springbok, Willem Alberts. Su ala Luazi Mvovo, con 12 ensayos, ha sido el segundo en la tabla de anotadores. De cara a las semifinales, recupera su impresionante primera línea, una de las más fiables del mundo del rugby: los hermanos Du Plessis y 'The Beast' Mtawarira.
Western Province: el otro gran favorito, al menos para un servidor, que ha combinado una primera vuelta prodigiosa para casi hundirse en la segunda, aunque su
rush final, gracias a la reincorporación de sus tres cuartos internacionales (Aplo, Fourie, De Jongh, De Villiers), le ha permitido salvar los muebles. Cuenta con el mejor anotador de la competición, el siempre fiable (con el pie, pues con la mano deja algo que desear) Willem De Waal, una tercera línea muy dinámica y poderosa, con un Burger que vuelve por sus fueros, un François Louw venido algo a menos tras su gran Super 14, y otro candidato a convertirse en Springbok: Duane Vermeulen. Lo único que me provoca extrañeza en la labor impecable de Allister Coetzee es que haya relegado estas dos últimas semanas al gran Dewaldt Duvenage al banquillo, en favor de Januarie. Es cierto que la segunda vuelta del joven y prometedor Duvenage no estuvo a la altura de la primera, pero aún así cuenta con más calidad y nivel que Januarie (basta echarle un vistazo al último partido, ante los Sharks, para ver que 20 minutos de Duvenage valían más que 60 de Januarie).
Aunque perdieron con los Cheetahs en Newlands, durante la segunda vuelta, son claramente favoritos para alcanzar la final. Otro aspecto a destacar del equipo tiene que ver con su afición, que casi siempre abarrota las gradas de Newlands (nada que ver con lo que sucede en el Ellis Park, un solar), lo que supone otro elemento favorable para los de Ciudad del Cabo en su cruce con los de Bloemfontein.
Free State Cheetahs: caracterizado por su habitual irregularidad, los Cheetahs siempre son un rival complicado, aunque el hecho de que se presente sin alas en Newlands (Drotske ha tenido que reconvertir a centros como Corné Uys y Snyman), y con la permanente baja de Brüssow, le resta opciones. Eso sí, mantiene una primera línea sensacional, hasta el punto de que ha relegado al banquillo a un campeón del mundo como Van der Linde, y la conexión De Bruyn-Strydom-Bosman-Daniller puede complicar las cosas a cualquier rival.
Blue Bulls: han sido la decepción del torneo, pues si bien era lógico que perdieran fuelle con las bajas internacionales, no tiene sentido perder determinados partidos en casa y ofrecer actuaciones tan mejorables. La clave fue que, habiendo perdido el insuperable ataque que les dio el campeonato del Super 14, la defensa no diera un paso al frente; el resultado: peor ataque y defensa de los cuatro equipos clasificados. Sin embargo, la recuperación de los Steyn, Bakkies Botha, Matfield o Spies los convierte en una amenaza muy inquietante para los Sharks.
Golden Lions: han sido la sorpresa, aunque hasta cierto punto. Sorpresa porque, tras la debacle del Super 14, nadie daba un duro por los de Johannesburgo, y sin embargo el cambio del inoperante Dick Muir por el neocelandés John Mitchell ha cambiado toda la dinámica del equipo. Primero separó elementos perjudiciales del grupo, como el bluff Earl Rose, y después dio confianza, titularidad incluida, a dos chavales de 19 añitos, como el apertura Elton Jantjes y el fullback Jaco Taute, que han jugado a un nivel espectacular, sobre todo Jantjies, llamado a ser todo un fenómeno mundial en este deporte. Otro aspecto en el que mejoraron los Lions fue la defensa, no tanto por puntos encajados como por intensidad y fiereza en el placaje. El capitán Franco Van der Merwe, el flanker Minnie y, sobre todo, el gran medio scrum Jano Vermaak, han resultado ser jugadores clave que han permitido al equipo recuperar la dignidad perdida, ganando incluso en el Ellis Park a colosos como los Sharks y Western Province. Eso sí, su trayectoria se empañó un tanto perdiendo, también en casa, ante los débiles Pumas.
Griquas: tras un gran inicio, que los dejó en posiciones de play offs varias semanas, se fueron desfondando, aunque siempre han dado la cara, consiguiendo anotaciones prodigiosas (han anotado más puntos que Bulls y Lions, que los anteceden en la clasificación) teniendo en cuenta sus limitaciones. Como conjunto sigue siendo débil, con muchas carencias en casi todas las líneas, aunque la calidad enorme de sus cuatro mejores hombres (Viljoen, Basson, Olivier y Pretorius) les permite sacar petróleo de las situaciones más insospechadas. El propio Basson, por ejemplo, se ha convertido en el máximo anotador de ensayos en la historia de la Currie Cup, consiguiendo la bárbara cifra de 21, y eso da una prueba de la consistencia de su poder ofensivo. Pretorius y Olivier, que hacen un tándem excepcional, han vuelto a llevar la manija del equipo, y el zaguero Viljoen siempre se ha dejado notar, en ataque y defensa, para convertir a los Griquas en una equipo siempre agradecido con el espectador. Para el año que viene pierden a Basson, que ha fichado por los Bulls, y dan una oportunidad del desahuciado Earl Rose.
Pumas: teniendo en cuenta que acababan de ascender de categoría, la temporada de los Pumas ha sido bastante buena. A pesar de sus diez derrotas, ha sido un equipo que, al contrario que los Griquas, tiene mejor conjunto que individualidades (aunque me gustan Steenkamp, Jackson y Venter), y eso se percibe sobre todo en los espectaculares mauls que monta (en el Ellis Park, la semana pasada, dos de sus ensayos se consiguieron de esta manera). La guinda a su correcta temporada la consiguieron venciendo a los mejorados Lions en Johannesburgo, en un partido que afrontaron muy valientemente.
Leopards: previsiblemente, los Leopards no ganaron un solo partido (todo derrotas, si siquiera empates), colistas en puntos a favor y en contra, merecido farolillo rojo. Sólo dieron sensación positiva en momentos dispersos de algún partido, como el de Western Province en Potschefstroom.