martes, 16 de noviembre de 2010

Vuelve la gran Inglaterra



Parece (con Johnno las cautelas nunca están de más) que las mejoras evidenciadas por Inglaterra en su enfrentamiento con Nueva Zelanda se han confirmado este sábado en Twickenham frente a la poderosa Australia, que llegaba como el único equipo que este año ha podido batir a los temibles All Blacks pero que fueron vapuleados de forma sorprendente pero contundente. A Johnno le está pasando como a su colega De Villiers: ambos consiguen sus mejores aciertos cuando rectifican (el sudafricano cuando 5 de sus piezas clave en el éxito del Tri Nations 2009 comenzaron esa temporada en el banquillo, como segundas opciones). Va quedando claro que el equipo lento y pesado que era la Inglaterra de Johnson hasta la penúltima jornada del VI Naciones, cuando empataron miserablemente en Murrayfield ante la débil Escocia, necesitaba la entrada del 'Trío Maravilla' Youngs-Ashton-Foden, que le ha dado una velocidad y una inspiración indispensable para poder batir a los colosos del sur. Lo de Youngs fue para enmarcar, una lección de cómo se dirige a un equipo de rugby, con ambición y cabeza, imprimiendo ritmo cuando toca para poner en marcha unos endiablados tres cuartos, o dejando que la acumulación de fases de su poderosa delantera (cómo se vaciaron los tres bestias de la primera línea) vaya laminando poco a poco al rival. Youngs dejó claro, ante un enorme competidor como Will Genia, que ahora mismo es uno de los mejores 9 del mundo oval, con galones de consagración internacional. Ashton y Foden, la pareja de Northampton, volvió a demostrar también que poseen una verticalidad asombrosa y un físico más propio de jugador del hemisferio sur que del norte. La capacidad de desborde que muestran ambos está resultando ser un arma temible para los rivales de los ingleses, y el partido del sábado fue un ejemplo portentoso de estas nuevas fuerzas con que cuenta el Quince de la Rosa.

Todo el equipo estuvo a una elevadísima altura, maniatando a uno de los mejores ataques del mundo. Flood estuvo perfecto con el pie y muy participativo con el oval en la mano, e impresionante también fue lo de Cueto, que por lo general no me suele entusiasmar, pero que casi siempre pudo romper la débil línea australiana, que realizó un partido nefasto en defensa, con numerosísimos placajes fallados. También Lawes ha dejado claro que puede ser uno de los mejores del mundo en su puesto, con buen nivel arriba en los line outs, abajo en los rucks, y también con capacidad de hacer daño con el oval en las manos. En fin, que ahora sólo falta que no se lesiones ninguno del citado Trío, básicamente, y que se reincorpore Wilko (la gran temporada que está realizando con Toulon da pistas de que su participación puede mejorar incluso la aportación de Flood (y eso que el centro-apertura de los Tigers está ahora mismo seguramente en su mejor momento con la zamarra inglesa), para que Inglaterra pueda luchar de nuevo por un título, ya sea VI Naciones o Mundial. De momento, a ver si son capaces de devolverle la paliza del 2008 a los Springboks en Twickenham.

En cuanto a Australia, repetición de lo ya visto en otras ocasiones: a día de hoy son el equipo más bipolar del mundo, capaces de actuaciones temibles junto con desastres absolutos. Ya han demostrado muchas veces los de Deans que les falta regularidad. Calidad tiene muchísima, pero sin regularidad, y con un tipo que representa mejor que nadie ese ánimo maníaco-depresivo como es Quade Cooper (que cuando no brilla es un auténtico boquete para su línea defensiva), poco se puede hacer en las grandes citas. Lo único salvable de los Wallabies fue Kurtley Beale, que ahora mismo es sin duda uno de los backs más en forma del mundo y que ya tiene patentadísimo ese sombrerito tan mono que hace picando sutilmente el oval con el empeine, gracias al cual consiguió el sábado uno de sus dos ensayos.

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