El derrumbe de Bath

Continúa el derrumbe de Bath, su caída hacia el fondo de la tabla de la Guinness Premiership. Todo son desgracias para los de Steve Meehan; la crisis de juego prolonga la institucional. Junto con los Harlequins, aunque por motivos distintos, Bath inició la temporada con una carga pesada sobre sus espaldas: el fraude del doping. Mientras que los Quins parece que van recuperándose del llamado Bloodgate, Bath no sale del pozo en el que se encuentra. Sancionados Stevens, Crockett y Lippman, retirado Harrison, lesionados piezas clave como Butch James y Olly Barkley, nada les sale. Tiene un buen equipo, reforzado con la llegada del sudafricano Luke Watson, pero nada. La semana pasada, una nueva derrota, en su casa, y con la cuenta de puntos a cero. 0-16 frente a los London Irish. Dos mundos opuestos en colisión, en un estadio embarrado y bajo la tormenta de agua. Desastroso partido de Abendanon (dando razones a Johno para no seguir convocándole para los de la rosa), y en general de todos sus compañeros, mientras que los Exiles se entregaron a la infalibilidad de Ryan Lamb, autor de todos los puntos de su equipo, para llevarse la victoria y acercarse a los líderes, los Saracens.