domingo, 16 de enero de 2011

Humphryes conduce a Ulster a los play-offs de la Heineken



Todavía no están totalmente clasificados, pero Ulster ya tiene casi asegurada su participación en los octavos de final de la Heineken (sólo una derrota ante el débil Aironi podría frustrarlo) gracias al pie de Ian Humphryes (que ayer jugó con la cabeza rapada, cuando en otras ocasiones se ha dejado una barba llamativamente larga), que consiguió transformar dos penalizaciones, dos de ellas muy lejanas (y la última en el final mismo del encuentro), para que su equipo consiguiera vencer a Biarritz por 9-6 en Ravenhill. Me encantan los partidos escenificados en este estadio de Belfast; el aura british siempre hace que un partido de este deporte sea más propio, más cercano a sus esencias. Incluso en los partidos malos la experiencia de la disputa encarnizada de 30 gladiadores por el oval es fascinante. La súbita llegada de una lluvia mecida por poderosas rachas de viento al borde del descanso agravó más las posibilidades de este deleite.

Pero el partido en sí fue bastante malo, sin apenas jugadas destacables en ataque, muy duro, físico hasta la tortura (varios jugadores se retiraron, lesionados). Biarritz volvió a mostrar su cara más cicatera y casi diría que miserable, al menos en la primera parte: agazapados atrás, dejando que Ulster fuera empotrando su entusiasmo contra el impenetrable muro defensivo de los franceses, para acabar cobrándose dos tiros a palos que les permitieron liderar el partido 0-6 al descanso. Eso sin haber pisado ni una sola vez a la línea de 22 rival y sin arriesgar absolutamente nada. Todo se fió a la inmensa capacidad destructiva de su defensa y a las patadas largas de Traille, que tuvo un partido espantoso y casi todo lo hizo mal. Sin embargo, el viento le jugó una mala pasada a los franceses en la segunda parte, bloqueando un drop fácil (estaba a pocos metros de palos) al citado Traille y facilitando los tiros lejanos de los norirlandeses. Por su parte, Ulster casi volvió a tropezar en la misma piedra que los atenaza desde que fueron campeones europeos en 1999 (desde entonces nunca han superado la fase de grupos): falta de espíritu ganador. Por un momento parecía que iban a fracasar de nuevo justo al borde de la orilla; incapaces de desbordar a la defensa de Biarritz, desaprovechando superioridades numéricas, sin desborde ni habilidad con el oval (varias veces jugadas prometedores se frustraron por caerse la pelota de las manos), etc. Eso sí, su entusiasmo fue encomiable, pues desde el primer minuto buscaron la línea de marca rival (aunque torpemente), con juego a la mano y casi sin dar patadas. McLaughlin aparecía casi devastado en un extremo del campo, agachado bajo su capucha, con un estéril empate a 6 que los dejaba casi fuera de la competición. 4 minutos para el final, posesión para Biarritz, que distrae el oval en el medio campo. Entonces llegó la gran pifia de Pelu Taele, que cometió falta en un ruck. Tiro para Humphryes (3 de 4 al final del encuentro), lejano, pero entra. Explosión de júbilo en un estadio que merecía ver a su equipo conseguir una victoria tan decisiva. Ahora sólo espera Aironi en Italia para certificar el pase; la victoria es segura (o debería serlo, porque Aironi es el colista de su grupo, además del equipo más débil de la Magners, donde ha perdido los 12 partidos jugados), y sólo falta esperar si cae el bonus ofensivo o el resultado del Biarritz-Bath para ver si se pasa como primero de grupo o como uno de los dos mejores segundos.

4 comentarios:

  1. No sé porque pero por tus artículos me da la sensación de que mas bien no te gusta nada Biarritz. Es cierto que no hicieron buen partido pero los de Ulster hicieron tres cuartos de lo mismo.

    Y Ulster ya está clasificado matematicamente.

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  2. no perdón matematicamente no. Pero sería muy improvable;

    Bath tendria que ganar con 4 ensayos o más y biarritz consegir doble bonus- 4 ensayos o mas y perder por menos de 7

    Y todo esto si Ulster no sacase ni un punto

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  3. Mi problema con Biarritz es que considero que demasiadas veces desaprovecha el equipazo que tiene jugando al estilo 'catenaccio'. Con gente tan buena como Yachvilli, Ngwenya, el tío Imanol, Balshaw, Traille, Peyrelongue, etc., me mosquea a veces verlos jugando tan descaradamente a la defensiva, esperando los errores del contrario, como les pasó, por ejemplo, en la última final de la Heineken, donde únicamente decidieron ponerse a mover el oval justo al final (y casi ganan), cuando no les quedaba más remedio. Cuando quieren jugar ofensivamente han demostrado de sobras que son una verdadera máquina (un ejemplo: los 10 ensayos que le metieron la semana pasada a Agen), o la maravilla de ensayo que realizó hace dos el inglés Balshaw. Ayer me cabreó mucho su primera parte, y aunque es cierto que Ulster estuvo sin ideas y muy patoso, al menos intentaban atacar. La primera parte tuvieron un dominio territorial enorme, piensa que Biarritz nunca pisó la línea de 22 rival, y eso es muy significativo.

    Pero vamos, manía no le tengo, de ninguna manera. En el rugby no tengo bestia negra alguna, aunque hay cosas que me gustan más que otras, obviamente, unas por calidad y otras por cariño subjetivo. Basta echarle un vistazo al blog para ver que muestro más atención a las islas británicas y a Sudáfrica que a otros sitios.

    saludos

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  4. Creo que tienes bastante razon en lo que dices. Mi problema es que tengo bastante cariño subjetivo hacia Biarritz. jejeje
    y siento aver escrito ese comentario con calculos matematicos, porque esta mal. mire mal los puntos y me lie un poco

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