miércoles, 26 de enero de 2011

Biarritz se cita de nuevo con Anoeta



Tras el mal partido de la semana pasada en Ravenhill, esta vez Biarritz fue el de las ocasiones más estimulantes, esto es, no se limitó a sacar petróleo de su excepcional poder defensivo (el primer ensayo llega tras un oportuno bloqueo del omnipresente Yachvili a tiro de Olly Barkley) y de su máxima habilidad en el set piece, sino que buscó multiplicar sus opciones en ataque y ensayar a toda costa, toda vez que necesitaba el bonus ofensivo para que sus rivales de Ulster no los sobrepasaran en la tabla clasificatoria. Finalmente, sacar el bonus ofensivo la semana pasada en Belfast ha resultado decisivo de cara a liderar su grupo y poder jugar los cuartos de final en casa (aunque, como el año pasado, su 'casa' sea Anoeta, un estadio que sí cumple con los requisitos en cuanto a aforo que marca la IRB para estas lides).

Balshaw y Yachvili, me quedo con estos nombres porque realizaron un partido magnífico. El medio scrum sigue siendo el líder absoluto de los vascofranceses, su máximo puntal en ataque, un hombre capaz siempre de explotar en favor suyo las situaciones más peliagudas y de crear situaciones de ataque donde no parecía haber nada más que un ova detenido ruck tras ruck. Yachvili mandó, ordenó y dirigió, a la vez que el inglés Iain Balshaw (quien, por cierto, podría ser una buena opción para sustituir a Delon Armitage en el VI Naciones), con dos ensayos, fue su estilete más escurridizo para destrozar a la defensa inglesa, donde ni siquiera el Springbok Luke Watson (quien regresará a su natal Port Elizabeth al finalizar la temporada europea) opuso resistencia. El zaguero-ala de los franceses está en un grandísimo momento, como puede verse en este soberbio ensayo que anotó hace unas semanas ante Toulon, y fue el ejemplo de que cuando los tres cuartos de Biarritz se ponen a correr son una muestra de dinamismo casi imparable. Este es el Biarritz que me gusta, y no la muestra de catenaccio que ofrecieron siete días antes en Belfast.

De Bath, poco que decir. Sigue la dinámica del año pasado, con unos primeros dos tercios de temporada malos, lo que resulta desesperante viendo la calidad que atesora su magnífica plantilla, capaz de anotar dos magníficos y elaboradísimos ensayos en los últimos 5 minutos de partidos, tras sestear penosamente durante 75. Si nos detenemos en estos detalles, parece claro que el problema de Bath es de orden psicológico, pues les cuesta asimilar un estado anímico competitivo. O se dejan llevar por la abulia y el derrorismo, o son capaces de jugar con gran estilo y derribar cualquier defensa, como sucedió en el Stade Aguilera únicamente al final (aunque también es cierto que justo cuando la defensa de Biarritz había bajado, por cansancio obvio, sus prestaciones).

En cuanto al resto de partidos, la sexta y última jornada de la fase de grupos de la Heineken, decir que un ensayo de ultimísima hora del veloz samoano David Lemi varió lo que parecían unos cruces claros. Manteniéndose en todo caso los Northampton-Ulster y Leinster-Leicester (reedición anticipada de la final del 2009), el ensayo de Lemi transmutó lo que parecía un Toulouse-Toulon y un Perpignan-Biarritz en dos sendos Perpignan-Toulon y Biarritz-Toulouse (reedición de otra final, la del año pasado). Apasionantes se presentan estos cruces de cuartos (con 4 equipos franceses, 2 ingleses y 2 irlandeses. Ni rastro de los galeses este año, y sigue la hegemonía francesa), toda vez que, a mi juicio no hay un favorito claramente destacado (aunque Northampton y Leinster, y la clasificación lo refleja, han sido los dos equipos más rocosos), pues incluso a Ulster y Toulon, que en principio son los que tienen menos opciones, los veo con posibilidades de alcanzar la gran final.

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