jueves, 19 de agosto de 2010
Metamorfosis: de Lansdowne Road a Aviva Stadium
No soy contrario en absoluto a los avances científicos y a los logros de la técnica, pero en la construcción de cada nuevo estadio de rugby siento que se pierden más cosas de las que se ganan. Soy partidario si acaso de reformar los estadios míticos (caso de Twickenham) antes que derribarlos y reemplazarlos, de manera que el aura mítica no se vea arrasada por el hierro y el cemento nuevo. El paso del Arms Park al Millenium Stadium ya no fue de mi gusto, y mucho menos sucede con el cambio del viejo y entrañable Lansdowne Road (que estuvo operativo entre 1872 hasta 2007, año de su demolición) al nuevo y muy moderno Aviva Stadium, inaugurado el pasado 14 de mayo. Que un estadio de rugby parezca una nave espacial no es algo que me reconforte especialmente, por mucho que se gane aforo y comodidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No puedo estar más de acuerdo con Ud. ya sabe mi opinión al respecto. Ni siquiera se sentirá ya el trepidar de las gradas con el tren de las 17.15... Ahora bien, que dentro de cien años ya será un clásico...
ResponderEliminarPD. Ya habrá advertido que he copiado literalmente su idea de desligar el rugby de lo demás.
Con los estadios nuevos lo que sucede es que se pretende que sea la propia instalación la 'protagonista', cuando sólo es el recinto que alberga el juego. Curiosamente creo que sólo es cuando el estadio no ostenta una propensión al protagonismo que pueda acabar manifestando un aura memorable. Lo demás no pasa de ser fetichismo del confort que relativiza lo que se vive en la hierba.
ResponderEliminarY sí, ya he advertido la existencia de su nuevo blog (ya está enlazado, de hecho) y le felicito por ello. Hay muchos blogs por el mundo, pero de rugby todavía hay pocos, así que todos tienen su función (sobre todo si su responsable es usted).
saludos
Horrach, antes de nada, enhorabuena por el blog y a Phil por el suyo, el cual conocí por el enlace aquí puesto.
ResponderEliminarEstoy con ámbos, la construcción de estos nuevos estadios le quitan sabor y tradición al juego. Igual es sólo una paja mental mía, pero creo que el rugby requiere escenarios más cercanos al espectador. A este paso dará lo mismo ver a Francia en París, a los Springboks en un campo ideado para el fútbol o a Irlanda en el Aviva. Todos los campos parecerán iguales.
Totalmente de acuerdo, Kilkenny: la tendencia de los nuevos estadios a la colosalidad estilo nave-espacial se acerca más a la espectacularidad inane del fungol americano que al rugby. Un estadio de rugby debería aplicar, a la hora de ser diseñado y construido, algo así como los criterios arquitectónicos del gran Adolf Loos, es decir, buscar una austeridad habitable. Estos nuevos estadios no me parecen en absoluto habitables.
ResponderEliminarY además, como dice usted, todos se acaban pareciendo, se está homogeneizando estúpidamente el estilo de estos estadios.
saludos