domingo, 4 de octubre de 2015
Quiero la cabeza de Alfredo García Lancaster
Habrá que ir llamando a los Geos. O a los gurkas nepalíes, mejor dicho, para que desalojen del banquillo de Inglaterra a ese incompetente supino apellidado impropiamente Lancaster. Sus declaraciones de anoche no podían ser más indigestas. Ni dignidad ni sentido crítico. El tipo quiere seguir, cumpliendo su contrato ¡hasta 2020!, caiga quien caiga. Hasta ahora excusaba no haber ganado un solo VI Naciones en 4 años porque el equipo se estaba preparando para el Mundial. Se sacrificaba lo inmediato por una ganancia mejor. Un "vamos a estar listos para 2015" cuyo verdadero fin era no exigirle mucho al tipejo en 2012, 2013 y 2014. Tras la debacle, producida además con un juego miserable y una absoluta falta de control de las emociones (tan nerviosos han estado que parecían simples amateurs), ahora resulta que el "grupo de la muerte" era muy complicado y que Gales (una Gales con más lesionados que jugadores sanos!) y Australia son mejores que los mismísimos All Blacks... No puede ser más indigesto. También que no se puede olvidar "lo obtenido estos últimos años"!!! ¿Cómo quedamos? ¿No decías que lo bueno de verdad iba a llegar en este Mundial? Pues no, resulta que ya se había manifestado... Es como esos cristianos creo que adventistas o así que cuando fallan sus profecías sobre la Segunda Venida, se sacan de la manga una excusa para seguir prolongando la intriga. Esto debe ser originariamente una esotérica patada a seguir.
Menos mal que periodistas como Andy Bull en The Guardian lo han masacrado tras el partido. Échenle un vistazo a su artículo, vale la pena. Toca una de las claves de la miserable era Lancaster: jugar a no perder, nunca ir a ganar. O perder por poquito y de forma más o menos digna (cosa que ayer evidentemente no se dio: fue un escándalo en toda regla, una debacle). El tipo se atrevió a decir anoche "No hemos perdido muchos partidos importantes"... Es de traca, no me digan que exagero. El colmo de su esperpéntica rueda de prensa llegó cuando se centró en el partido contra Uruguay, uno de los más tristes de la historia de Inglaterra, pero que resulta que supone una especie de desafío o algo así: "hay que acabar contundentemente". Se pregunta Bull si cree que una victoria de 50 puntos podría insuflar algún mínimo optimismo en los traumatizados seguidores de la rosa. Terrible, Inglaterra ha tenido a un demente al mando durante 4 años.
Para ir acabando, Bull en su artículo deja en evidencia las ínfulas de Lancaster. Recordemos que es un tipo sin experiencia a primer nivel, ni como jugador ni tampoco como entrenador. Era un interino que milagrosamente se hizo con el mando. En su momento pontificaba sobre lo importante que sería controlar los nervios y la presión cuando llegara el Mundial. Se las daba de enterado en el asunto, de genio en la sombra que al final emergía de las profundidades para enseñarle a esos mequetrefes llamados Hansen, Schmidt, Gatland o Cheika cómo se hacen las cosas. Pues bien, si algo ha quedado claro, como recuerda Bull, es que Lancaster hacía un olímpico brindis al sol cuando peroraba de esa manera, porque es evidente que el cargo y el reto le venían muy pero que muy grandes (*). Su caso me recuerda al de Adolfo Suárez. Me refiero a que un tipo como Suárez, que no tenía ni idea de política internacional, tenía salidas de iluminado, cuando pensó que tenía solucionado el problema del Medio Oriente ("el cuello de botella de Ormuz"). El pobre quedó en evidencia cuando molestó a Jimmy Carter con sus delirios de grandeza de bachiller atolondrado. En fin.
* Paul Rees, también en un artículo en The Guardian, señala esa distorsión teoría-práctica: "impressive on the drawing board but not at the battlefront" (aunque también es cierto que Rees debe tomar la misma droga alienante que Lancaster, porque se deshace en elogios hacia el soso Launchbury, incluso exigiendo que sea el nuevo capitán!).
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No puedo estar mas en desacuerdo, tanto en la forma como en el fondo con este texto, fruto de un calentamiento emocional que aún le dura. Respecto a la forma, sus críticas de carácter personal al entrenador inglés, el mismo título del texto, los comentarios negativos hacia algunos jugadores ingleses, denotan su temperamento puramente mediterráneo, diría que volcánico, alejado de la frialdad y la flema británica. Y respecto al fondo del asunto creo que los contratos están para ser cumplidos. Y el entrenador inglés (Don Estuardo Láncaster que diría superbutano) ha cumplido sobradamente. Cierto es que en algún momento puntual, quizás no hayan estado a un nivel superlativo. Pero recordemos todos que esto es un plan, al que le faltan 5 años. Serénese y haga las valoraciones en su momento, en el año 2021. Y no se deje llevar por ese carácter colérico, que a veces le asalta.
ResponderEliminarPor último y en referencia a la elección de capitán, si se va a cambiar al valiente Robshaw (una injusticia como la copa de un pino, suberbutano dixit), yo modestamente propondría al 8 inglés. Si, a Don Nick Easter, que aunque retrocedió en 3 melés en los 10 minutos que jugó, puede aportar experiencia y empuje.
Creo que ahora lo más importante es el próximo partido. Y Uruguay, duro rival donde les haya, puede ser una buena piedra de toque.
Es mi ídolo... Enorme. Que siga, que siga muuuuuchos años
ResponderEliminarIN LÁNCASTER WE TRUST
Las declaraciones denotan, así en general, bien una cara de cemento armado, o bien un preocupante alejamiento de la realidad (o ambas cosas).
ResponderEliminarPero lo de "that was important now is to finish strongly next week" (contra ¡¡¡URUGUAY!!!)... No sé, es insuperable... Realmente deja a uno sin palabras.
Repito, ÍDOLO... Gracias, gracias por tantos maravillosos momentos que nos has deparado y que amenazas con seguir deparando.
Claro... Ahora caigo... Todo tiene sentido: estos cuatro años han consistido en una laboriosa y concienzuda preparación para el encuentro realmente importante, el auténtico reto de sus vidas: lograr la hazaña heroica de vencer a URUGUAY.
ResponderEliminarRealizados los ultimos ajustes y probaturas en los amistosos contra Gales y Australia, la máquina lancastriana está ya a punto para encarar ese Everest rugbístico y acallar las agoreras e injustas críticas.
Swiiiiiiing low, sewt chaaaaariooooot...
Como si Peckinpah hubiera dirigido Taxi Driver.
ResponderEliminarEl exabrupto-desahogo de Von Horrach deviene en clásico instántaneo mientras rosa marchita Lancaster acaba su carrera como chivo expiatorio del hemisferio Norte
Desde las brumas de Galizalbion les invitamos a que compartan su sabiduría con nuestros lectores en The Melón in His Arms.Von Horrach,Mr Blair,Calon Lân,nuestro pub es su pub si quieren pasarse y tomarse unas pintas con nosotros.
ResponderEliminarCordiales saludos.
Calon, esta frase "that was important now is to finish strongly next week" precisamente ya forma parte de la historia de la infamia. Resultados, Lancaster no ha dado (lo de los All Blacks fue un churro cuyo artífice fue un inmenso Tuilagi), aunque quién sabe si este sábado llega la gesta contra una Uruguay que, si no me equivoco, sólo cuenta con 2 profesionales en sus filas...
ResponderEliminarA ver, he mirado dónde nació Lancaster: en Cumbria, justo al lado de... ¡¡¡Escocia!!! Ya decía yo!!! Es escocés!!! Ese careto de paleto locoide lo delata!
De hecho, Cumbria (misma raiz que "Cymru") tiene más que ver con Gales que con Escocia.. Junto con la adyacente región escocesa de Galloway, conformó el tercer y mas septentrional reducto britano (los otros fueron Cornualles y Gales) frente a los invasores sajones. Es el "Hen Ogledd" (viejo norte) de los relatos medievales galeses. William Wallace procedía de esas tierras y, como su apellido indica, era de origen galés.
EliminarDicho lo cual, no cabe duda de que el amigo Lancaster es un autentico anglosajón de pura cepa... Alguien con sangre celta en sus venas nunca podría ser tan cerril, cuadriculado y mustio como ese individuo.
Tras los artículos de Bull y Rees, le toca el turno a otro analista de rugby del Guardian, Robert Kitson. Analiza algo que le gustará mucho a nuestro Phil Blakeway: Inglaterra se ha entregado a la producción de jugadores muy físicos que han perdido cualquier tipo de intuición creativa. Kitson exige que el nuevo entrenador venga de fuera, en parte para deshacer viejas manías del rugby inglés.
ResponderEliminarhttp://www.theguardian.com/sport/2015/oct/05/england-rugby-world-cup-rfu-stuart-lancaster
¡No! ¡Noooooo! ¡Lancaster, quédateeeeeeee! ¡¡¡Lancaster, te queremos!!!
EliminarPor cierto... En Francia parece que no tienen tanta paciencia con los "proyectos a largo plazo", y, tras lograr la nada desdeñable proeza de igualar el palmarés lancastriano (mantener a su equipo alejado del triunfo en el torneo de torneos durante cuatro años), Philippe Saint André abandonará su cargo después del Mundial.
Es de esperar que su sucesor continúe por la exitosa senda que ha caracterizado en los últimos tiempos al anteriormente conocido como rugby champagne... De hecho, ¿no habrá disponible algún sosias frenchie del gran Stuart? ¿No tendrá algún pariente por el Languedoc o el Limousin, dispuesto a tomar las riendas del Gallo? Ello supondría cuadrar el círculo de la felicidad céltica...
Eso sí... A ver si resulta que la milonga lancastriana de "bueno, no hemos ganado nada estos cuatro años pero es que estamos preparándonos para dar el do de pecho en el mundial y tal...", para quien va a ser válida es para Saint André.
ResponderEliminarBarrunto fiasco del Trébol en el inmimente choque por lograr la primera plaza del grupo D y evitar a NZ... Entre el sólido historial de Francia en los mundiales (por renqueante que llegue a ellos) y lo mal que se le suele dar el Gallo a los hibernios, no veo nada clara la cosa. Ojalá me equivoque.
En cualquier caso, creo que es muy exagerado pretender que Irlanda pueda ser candidata al título, como apuntan algunos optimistas. Ganar a Francia y a Argentina (ardua labor) y alcanzar las semifinales, supondría ya un gran éxito sin precedentes.
Irlanda para mí sería candidata si Schmidt hubiera coincidido con la generación de los BOD y O'Gara en pkenitud. Este equipo, jugador por jugador, es más endeble.
ResponderEliminarPor momentos onírica y genial, con una atmósfera exagerada y grotesca. Casi se "encumbria" en el Mundial
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