La caverna mediática: siempre la cara B del rugby

No quería hablar más de estos temas, porque no me aprovechan nada, pero la paciencia (o, más bien, la falta de ella) a veces no respeta mi voluntad. Hablé de ella el mes pasado, cuando se dio la insólita circunstancia de leer, entre otros disparates, que el simpático y tímido Declan Kidney marca drops que valen todo un VI Naciones, pero parece que sigue en plena forma nuestra querida 'caverna mediática', deportiva o generalista. Si ya mosquea que apenas nunca hablen de rugby, provoca absoluta mala leche que cuando ofrecen alguna información siempre se trate de 'la cara B' de este deporte, es decir, sucesos que ocurren en los aledaños, en las afueras de los estadios. No digo que no deban informar de estas cosas; tiene sentido hacerlo si, previamente, también hablas de lo que sucede en el campo, de cómo va la Guinness Premiership, de quién comanda el Top 14 o del desarrollo de los primeros partidos del Super 14. De esto último, de la cara A, nada de nada, mientras que de la cara B aparecen voluminosos artículos. Último ejemplo, con ¡página entera!: ayer, en El Mundo, un reportaje sin sentido alguno sobre fotografías gays de jugadores de rugby (DXT, p. 25). Luego confundimos a Dan Cole con Nick Easter, pensamos que Gales lidera el actual VI Naciones, etc. Pero la cara B nos la sabemos al dedillo.