martes, 19 de enero de 2010
Quinta jornada de la Heineken
Grupo 1: Northampton afianza sus esperanzas de clasificación para cuartos de final arrasando a Perpignan (34-0), aunque el resultado del partido fue algo injusto y engañoso (por cierto: el partido fue arbitrado por Alain Rolland). A pesar de jugar con no pocas bajas, durante la primera parte quien llevó la iniciativa fueron los franceses, que merecieron puntuar en un par de ocasiones (por ejemplo, en ese ensayo que les roba un habilísimo Geraghty en el minuto 29). Sin embargo, los Saints aguantaron las embestidas rivales y en la segunda parte pegaron el hachazo, dirigidos por un Foden que está en una forma tremenda (ahora mismo, de cara al VI Naciones, está en mejores condiciones para ser titular que Delon Armitage), secundado por unos sensacionales Geraghty y Ashton. A pesar de estar 27 abajo, en los últimos minutos Perpignan buscó la línea de marca rival; sin embargo, un contraataque mortífero de los Saints consiguió el cuarto ensayo y un bonus que se antoja decisivo de cara a la clasificación final. La última jornada nos deja un prometedor Munster-Northampton para decidir quien pasa como primero (lo normal es que el perdedor pase como uno de los dos mejores segundos).
Grupo 3: Clermont vuelve a demostrar que es un equipo a tener en cuenta de cara a la fase final del torneo. Su partido frente a Ospreys era decisivo, y su inicio fue algo titubeante, pero la pierna certera de Brock James (qué gran 10 ha perdido Australia) los mantuvo con opciones en la primera parte. En la segunda se puso en marcha el poder ofensivo de los locales, con ensayos de Malzieu y Nalaga, que pusieron tierra de por medio (27-7). Ahora casi diría que Clermont es quien mejor lo tiene en este grupo de cara a la clasificación, pues cuenta con el partido más fácil del grupo, frente a Viadana, mientras que el otro es el enfrentamiento a muerte entre Ospreys y Leicester.
Grupo 4: a pesar de la victoria del Stade Français, Ulster sigue con opciones de clasificación tras su inteligente victoria en Ravenhill frente a Edimbugh, 21-13. Y digo inteligente porque supieron aprovechar con más criterio el handicap del vendaval que azotaba Belfast el pasado viernes. En la primera parte les tocó en contra, por lo que acapararon el dominio del balón con posesiones muy largas y evitando las patadas; acabaron con desventaja (5-6), pero redujeron pérdidas, anotando incluso un buen ensayo (Darren Cave). En la segunda, en cambio, triunfaron donde los escoceses fracasaron, es decir, no dejando que la delantera rival llevara la iniciativa y aprovechando el factor viento. La pierna de Humphreys, la fuerza de Ferris y el criterio de Isaac Boss (que anotó el segundo ensayo local) marcaron la diferencia. Ulster merece la clasificación, aunque lo tiene difícil (debe ganar en Bath y esperar que el Stade pierda en Murrayfield).
Grupo 5: Toulouse vuelve a ser el de siempre, una máquina de jugar al rugby capaz de desarbolar cualquier defensa que se le ponga por delante. En esta jornada certificó su clasificación venciendo a los Harlequins, 33-21, aunque el marcador no refleja el enorme dominio francés, que en el minuto 74 vencía 33-7, pero dos grandes ensayos de Monye, en sendos arranques de orgullo de los londinenses, maquillaron el resultado. Por la parte local, decir que le están saliendo muy bien los experimentos a Guy Noves, con un Elissalde enorme de 10 y un Michalak interesante de 9 (aunque no en este partido, en el que salió del banquillo para jugar de 10). En el otro partido, Cardiff Blues venció, 36-19, a Sale Sharks.
Grupo 6: Leinster marca distancias justo en el momento decisivo. Tras su derrota inicial en casa ante London Irish, su victoria con bonus frente a Brive (27-10), combinado con la derrota de los londinenses ante unos sorpredentes Scarlets (comandados por una probable figura de este deporte, Jonathan Davies), les dejan el camino abierto de cara a cuartos. Su partido siguió derroteros similares al de Northampton ante la USAP, es decir, mala primera parte (sus ataques se empotraban uno y otra vez ante una buena defensa de Brive), y arrolladora segunda, con tres ensayos, el último, cuando ya no se esperaba, del gran O'Driscoll, en un partido en el que había pasado bastante desapercibido.
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