martes, 26 de enero de 2010
Balance de la Heineken
Finalizada la primera fase de la Heineken, y ya definidos los cruces de cuartos de final (Biarritz-Ospreys, Toulouse-Stade Français, Leinster-Clermont, Munster-Northampton), no estaría mal analizar lo que ha dado de sí la competición. Lo primero de todo, señalar un dato curioso: de los 8 supervivientes, el 50 % son franceses, lo que no está mal si tenemos en cuenta que el año pasado la suerte fue para ellos opuesta a la de este año. También sorprende que la Guinness sólo cuente con un representante, Northampton, clasificado, además, en la última posición y con no poca suerte (un drop de Jonathan Sexton, en el minuto 78 del London Irish-Leinster [ver video arriba], despejó su clasificación. Un drop que deja a los Exiles sin Heineken y también sin Challenge). Parece claro que el Top 14, como ha reflejado el éxodo de bastantes jugadores ingleses, mantiene a día de hoy, y mal que le pese a algunos (yo mismo, que le tengo mucho cariño a la Guinness), un nivel muy superior al de su vecino del otro lado del canal de la Mancha. El resto: los dos cocos irlandeses y Ospreys, que, tras cumplir en un partido complicadísimo ante Leicester Tigers (los de Cockerill no han fallado en este partido, sino en el empate de la primera vuelta en Welford Road ante los galeses), está ante una gran oportunidad de demostrar en Europa que esta vez no tienen miedo a las alturas.
Clermont: tras la gran temporada que están haciendo, no es tener mucha suerte que te toque en cuartos el vigente campeón, y además tener que viajar a Dublín. De todas formas, creo que no sería una sorpresa que los franceses vencieran en este cruce, sobre todo si mantienen el nivel mostrado hasta ahora (sólo perdieron ante Ospreys por un punto, y ante Tigers por una jugada de suerte de Hamilton).
Munster-Northampton: tercer partido que deberán jugar irlandeses e ingleses, el segundo seguido en Thomond Park, que el pasado viernes volvió a demostrar que la afición irlandesa es de las mejores del mundo: llenaron el campo, apoyaron a su equipo con una entrega absoluta y, más importante si cabe, volvieron a demostrar que su respeto al rival (ejemplo: tiros a palos) debería servir de lección para otras aficiones (la francesa, sin ir más lejos). El partido (12-9) no dejará mucha huella en la memoria, auque siempre es una gozada ver a dos delanteras poderosísimas vaciarse totalmente en pos de la victoria.
Por lo demás, muy poco demostró Stade Français en un Murrayfield desierto (con homenaje inicial a Bill McLaren, representdo en el terreno de juego por uno de sus dos nietos rugbistas, el ala Jim Thompson); mucho deberán mejorar si quieren superar a un Toulouse inspirado. Una pena que se haya quedado Ulster (campeones de la edición de 1999) por el camino, pues han demostrado ser un equipo muy trabajado, inteligente y que muestra detalles de rugby de toda la vida, como en su despedida este año de la Heineken, frente a Bath. Y recital de ensayos en el Harlequins-Cardiff Blues (¡7 en la primera parte!), que demostró, por si había dudas, que este no es el año de los locales.
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