Reloj ya en marcha: comenzó el Mundial. Me salto la parafernalia de la ceremonia de inauguración, porque no me interesan estas espectacularidades, y paso directamente al oval en movimiento, a la fácil pero algo rácana victoria de los superfavoritos All Blacks ante Tonga, 41-10 en el Eden Park de Auckland. Sólo media hora han durado los tonganos, que apenas han intentado articular una jugada de ataque hasta la cuesta abajo final del encuentro, con el ensayo del honor que tanto les ha costado conseguir. Tras las media hora inicial en la que cuatro ensayos locales han solucionado la papeleta, los neocelandeses se han dedicado a sestear una horita a medio gas. Si nos fijamos, el parcial de la segunda parte demuestra la evidente bajada de ritmo de los de Henry: sólo 12-7. Creo que ha sido un partido escasamente representativo de nada; si queremos hacernos una idea del verdadero nivel de Nueva Zelanda habrá que esperar al enfrentamiento con Francia, su particular y tortuosa 'bete noire'. Ante Tonga, Kahui y Toeava, teóricamente suplentes, han estado muy activos, con presencia en ataque, finalizando brillantes off loads de Sonny Bill (me pasa con este señor como con Quade Cooper: mucha 'remanguillé' para la galería pero me temo que su consistencia presenta muchas dudas. Por no hablar de todos sus tics anti-urgbísticos, es decir, sus modos más cercanos al mundo League) y Dagg, aunque es cierto que la dureza de los tonganos en los rucks y en el juego cerrado se convertía en dulce parsimonia cuando los rápidos backs locales enfilaban la línea de marca. Demasiado fácil a veces. Alguna aparición de Nonu, el siempre discutible Cowan al mando (es decir, sin mucho criterio), y pocas cosas de Carter (alguna) y McCaw (peor el flanker, superado incluso en alguno de los escasos ataques tonganos). De todas formas, no esperaba más (ni menos) de los All Blacks, que tampoco hace falta sacrificarse mucho ante Tonga cuando en media hora ya está todo finiquitado.
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