Por mucho que cambiar las tornas ilusionara al presidente Zuma y a su gobierno en el marco del Mundial de fútbol, las cosas siguen como están en Sudáfrica: los Bafana-Bafana permanecen como lo que son, una vulgar comparsa a nivel internacional, saldando su estreno como anfitriones mundialistas con el peor resultado de la historia en estos menesteres (es decir: han sido el primer y único anfitrión en la historia de los mundiales en no pasar de la primera fase). Todo lo contrario sucede con el que durante décadas fue el deporte de los blancos (sobre todo de los afrikaners), el rugby, donde Sudáfrica aquí sí tiene mucho que decir, y es que el vigente campeón del Mundial (2007) y del Tri Nations ha saldado sus encuentros primaverales (disputados en estadios de segundo nivel) con pleno de victorias y dejando una muy buena impresión de cara al futuro Tri Nations (que se inicia en pocos días). Dado que la estrategia de que el fútbol supere en resultados al rugby en Sudáfrica no da ningún resultado, lo más esperable es que Zuma & co., gracias a la inestimable ayuda de Peter de Villiers, sigan tratando de aplicar a los Springboks medidas 'de cuota' para agradar a las masas.
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