Puntos de inflexión disímiles: Bath y Ulster

El partido (de vuelta) de la Heineken que jugaron ambos equipos el pasado 23 de enero tuvo consecuencias totalmente opuestas para uno y otro. Se enfrentaban dos equipos con trayectorias opuestas: Ulster, en buena forma en la Magners y con opciones de clasificación para los cuartos de la Heineken (necesitaba ganar en Bath, cosa que hizo, y que el Stade Français perdiera con Edimburgo), trituraba 10-28 a Bath (arriba: el primer y maravilloso ensayo de Andrew Trimble), ya eliminado de la competición y con serias opciones de ser el último de la Guinness. El resultado (y el juego) se correspondió con lo esperado; lo que vino después ya no. Ulster se encontraba, a pesar de no clasificarse (los parisinos del magnate Guazzini no fallaron), en uno de los mejores momentos de los últimos años: se había consolidado un grupo de jugadores muy estimulantes, con Ferris a la cabeza, al que se sumaban Humphryes, Trimble, Boss, B.J. Botha, Danielli, Henry o Court. Sin embargo, tras ese partido no han dejado de caer, perdiendo prácticamente todos sus partidos de la Magners, lo que los ha acercado a la última posición. La decepción, al menos en mi caso, que esperaba mucho de los norirlandeses, es notable. En cambio, la trayectoria de Bath ha sido muy distinta, pues hasta su derrota de este pasado fin de semana ante los intratables Tigers de Leicester, consiguió la proeza de encadenar 7 u 8 victorias seguidas. No sólo escapó al 'farolillo rojo' (su victoria ante Leeds Carnegie fue decisiva en este viraje. Creo que fue, además, la primera victoria de tan prolongada racha), sino que incluso tiene opciones de entrar en los play-offs. Casi un milagro. Lo cierto es que la escuadra de Meehan jugó una desastrosa primera parte del campeonato, muy inferior a lo que se podía esperar de un histórico como Bath. Pero en estos últimos meses se ha apreciado lo mucho que habían pesado las lesiones de hombres importantes, como Barkley, Butch James o Maddock, que una vez recuperados han permitido a su equipo elevar el nivel de juego hasta llegar a cotas impensables el 23 de enero.