¿Es otra esta Escocia de Andy Robinson?

Tengo cierta debilidad por Escocia. Por diversos motivos, pero también por un prejuicio judeocristiano: de las cinco potencias europeas, a día de hoy, es claramente la más débil, por resultados, pero también la que lo tiene más complicado para sacar jugadores de nivel, pues cuenta con una Federación muy pequeña. Para entendernos: mientras Francia tiene 14 equipos en su liga superprofesional, Inglaterra 12 en la Guinness, en la Magners Irlanda cuenta con 4 equipos y Gales también con otros 4. Únicamente Escocia tiene 2, Glasgow y Edinburgo, y tampoco es que estos equipos sean las mejores potencias de la liga celta. Escocia lo tiene más difícil, y todavía le pesa la losa que se les echó encima tras la retirada del mítico Gavin Hastings (a quien todavía vi jugar en el mundial de Sudáfrica en 1995). Tras el cambio (necesario) en el banquillo, con el inglés Andy Robinson sustituyendo a Frank Hadden, tal vez las cosas cambien un poco. Para empezar, ha puesto de titular a Chris Cusiter (con capitanía incluida), un medio melé que merecía más protagonismo que el sobrevalorado Mike Blair. El fin de semana pasado vencieron a la complicada Fiji, a la que tenían por encima en el ranking de la IRB (tras el partido, sin embargo, se intercambiaron las posiciones: Escocia queda en la posición número 9, mientras que Fiji baja a la 10), y este próximo sábado les espera la poderosa Australia, escenario perfecto para calibrar las verdaderas posibilidades de los caledonios en esta nueva etapa.