Quien no haya visto aún el partido y se fije sólo en el resultado, un claro 35-11 para los locales (con bonus point por el cuarto ensayo conseguido in extremis, tras varias repeticiones en el TMO, protagonista de la noche), creerá que me drogo habitualmente por titular así esta entrada. Pero, como sucede a veces, el marcador final es engañoso, porque la banda loca de fidjianos estuvo a punto de profanar el templo del rugby en un partido desquiciado y mediocre. A mediados de la segunda parte, una patada de Nadolo ponía el encuentro 18-11 (y eso que los polinesios habían fallado mucho con el pie), con el canguelo extendido en la escuadra inglesa. Minuto 67. No sé si fueron los nervios del partido inaugural en casa, con muchas expectativas generadas y con el mundo sobre sus cabezas, o que los de Lancaster vuelven a fallar en el momento de la verdad, reeditando su histórico desmorone de Cardiff en el partido final del VI Naciones 2013, pero el caso es que Inglaterra dio pena, desplegando un juego sin voluntad ni criterio, plagado de errores (perdí la cuenta de los rucks regalados), y que ante un rival de más nivel que los polinesios habrían salido muy escaldados. El problema de Fidji es el de siempre: su falta de concentración y ambición. El partido estuvo a punto de decantarse históricamente en su favor, en un amago de maracanazo que se vislumbraba en los rostros de todos los ingleses (jugadores, entrenadores y público), y que sólo se frustró por el escaso convencimiento polinesio y por el arreón de varios jugadores ingleses (Billy Vunipola, Burgess, May) dirigidos por el único que afrontó el encuentro con su espíritu de beligerancia habitual, el gran Mike Brown, elegido obviamente Man of the Match.
Desde el primer momento quedó claro que los locales entraban en el partido intimidados. No se les veía conectados, y el juego que desplegaron brillantemente ante Irlanda, hace 13 días en el mismo escenario, no aparecía por ninguna parte. Ataques planos por el centro, sin capacidad de utilizar mortíferamente a sus alas, movimientos robóticos, etc. Youngs no dirigía y Ford quedó en evidencia; es un jugador con gran talento, pero fue superado por las circunstancias. Su sustituto, Farrell, al menos demostró coraje y firmeza. La pareja de centros Barritt-Joseph no funcionó en ningún momento, y sólo los backs por su cuenta intentaban alguna cosa, pero sin escasa convicción. Para colmo, el equipo sufrió en el set piece, con scrums ganados por los fidjianos (¡3 de ellos con introducción inglesa!) e incluso algún line out birlado. Un desastre. Por parte de los visitantes, Matawalu demostró su talento en una jugada (similar a la que le permitió conseguir un try hace 3 años en el mismo estadio) en la que dejó en evidencia a May y demás defensores, quedándose sin ensayo porque la mano milagrosa de Brown raspó el oval lo justo para que se le escapara al polinesio. Parecían regresar las cosas a su cauce, con scrum a 5 metros para los locales, pero se llevaron la bola los visitantes, y el garryowen de Volavola lo capturó el bestial Nadolo para conseguir el único ensayo de su equipo.
Sin duda, las cosas tenían que cambiar para Inglaterra en la segunda parte, aunque fuera por inercia. Pero no, al contrario. La misma inoperancia, idéntica falta de convicción, menos posesión de lo que sería esperable ante este rival. En un partido así, Australia los habría destruido y arrasado. Incluso la Gales renqueante que les espera en 8 días. Los fidjianos no se lo acabaron de creer (su entrenador resoplaba tras el 18-11) y no apretaron cuando el rival estaba herido. Sus errores y la falta de profundidad también fueron un handicap grave. Además, los locales se vieron beneficiados por los cambios, con los superfísicos Sam Burgess y Billy Vunipola al mando, cuyo empuje muscular permitió al final arreglar el marcador y alcanzar un bonus point que puede ser muy importante en la clasificación final. Pero ni así se pudieron cerrar los serios interrogantes que Inglaterra deja abiertos tras este primer partido del Mundial. La ventaja es que el resultado ha sido espléndido teniendo en cuenta el espanto de partido perpetrado, y si el alivio final acaba borrando los nervios de ahora en adelante, se pueden hacer cosas. En cambio, idéntica prestació ante Gales y Australia los dejará fuera en la fase de grupos.
De cara al sábado frente a Gales, que ganó en Twickenham hace 3 años, varios cambios del equipo inicial de hoy se me ocurren. Me sabe muy mal decirlo, porque Morgan es mi jugador fetiche de este equipo, pero el de Bristol no está todavía recuperado al 100 % de su grave lesión (se rompió una pierna justo antes del último VI Naciones), de manera que Vunipola podría jugar de inicio ante los vecinos de la Unión. Otro que sería un candidato a entrar es Burgess en lugar de Barritt, al que tampoco veo del todo fino tras arrastrar una lesión que le dejó fuera del equipo este año; Burgess tiene mucho más brío y supo acompañar varios breaks de Brown dentro de las líneas enemigas, además de mostrar algún interesante offload. Farrell por Ford podría ser otra opción a tener en cuenta, o Mako por Marler. En cambio, a Brown, que corrió 172 metros con el oval, placó a 9 rivales y cinsiguió 4 breaks, hay que mimarlo como si fuera la mismísima Reina Isabel.
Un placer leer con el café de la mañana, la brillante crónica del maestro Von Horrrach. No pude ver el partido al completo (por cierto, si alguien sabe de algún enlace distinto al de Rojadirecta, donde se puedan ver los partidos, le agradecería que lo compartiera).
ResponderEliminarVeo que le ha bajado la euforia. El tramo que vi del partido (unos 60 minutos) me pareció lo previsto: Inglaterra con los nervios del debut y los Fidjanos,, como dice Ud., con falta de convicción.
Espero equivocarme, pero me malicio partidazo inglés contra Gales.
Saludos
Vean ese fantástico anuncio. Los más veteranos recordarán, los problemas (sanciones incluidas) que tuvieron algunos jugadores por publicitar marcas. Me viene a la cabeza Olivier Merle (L'homme et demi) que creo que fue sancionado por anunciar gafas.
ResponderEliminarEl Rugby ha cambiado mucho. Y en algunas cosas para bien.
https://youtu.be/xSth007n_vw
Last Of The English Roses
ResponderEliminarEse rojofresa awful no engaña. La oscuridad kiwi va a engullir a todos sus rivales.
De no ser tal, que gane algún equipo del borde Celta, con preferencia paddy.
Los Dioses del Norte atiendan nuestras plegarias y digan sí.
Grazie mile, Mr Blair.
ResponderEliminarMal Samaritano, en efecto es un espanto ese colorcillo cutre de la Perfecta Albión. Espero que contra Gales vuelva el blanco inmaculado y la sagrada rosa de Lancaster (no de Stuart!).
Mala leche lo de Gales, por cierto, les han hecho vudú o algo, porque hace un rato se han lesionado Allen (después de su hat trick) y uno de los Williams...