sábado, 1 de octubre de 2011

RWC 2011: Inglaterra sólo existe en la agonía


Tras el 16-12 ante Escocia en el Eden Park, y a pesar de meterse en cuartos como líder invicto de grupo, la conclusión es que la banda de Johnno sigue siendo una banda descerebrada. Un equipo sin estructura, sin criterio, temeroso, siempre esperando la guadaña del tiempo para desperezarse y comprobar que existe una línea de ensayo en el campo rival. Frustrante, deprimente, desesperante, un enfermo en coma... que se salva milagrosamente hasta ahora en los instantes terminales. Es un equipo con motor Diesel, con inicios espantosos al ralentí (incluso ante la débil Rumanía sus primeros 20 minutos fueron patéticos), al que le cuesta coger un cierto ritmo de juego y el control del partido, dejándolo todo para el final. Ni Youngs ha vuelto a ser el sensacional director de juego de noviembre y febrero, ni centros y backs aportan apenas nada al juego de ataque (Tuilagi y Armitage sólo movilidad errática. El resto, incluso menos). Con Haskell naufragando como 8 y Deacon en su línea (es decir, mal), sólo Croft y el capitán Moody aportaban algo en el juego cerrado y los rucks. Hasta la media hora, sorprendidos por la seriedad caledonia, no trataron de articular un patrón de juego, unas combinaciones más allá de las desesperadas patadas de Wilko. Y salvo redención en los cruces, este partido va a significar algo triste pero ya evidente: creo que Wilkinson está en las últimas. Y no lo digo únicamente por su nefasto porcentaje de tiro (reiterando su descalabro ante Argentina), sino por las decisiones que fue adoptando durante el encuentro, casi todas equivocadas, obsesionado con los tiros a palos, ya sea en juego o de penalty. Al menos dos situaciones de ensayo frustró con su frenesí alocado, buscando absurdos drop goals. También racaneando la búsqueda del line out, prefiriendo asegurar tres puntitos que además no llegaban. Tuvo que salir Flood para, por primera vez, buscar la línea en pos del ensayo en lugar del tiro a palos, y después del try convertir limpiamente un tiro complicado. Únicamente su encomiable entrega a la hora de placar (al que sea, montañas como Gray o Kellock incluidas) lo salvaron de la deshonra. Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero ahora mismo el lugar de Wilko es el banquillo.

Sigo pensando que Inglaterra tienen mimbres de gran calidad, pero adolece de estructura, trabajo, plan de juego. Ante Escocia estas carencias suelen agravarse, más que nada porque a los caledonios les sucede algo comprensible pero irritante: sólo saben jugar a rugby ante Inglaterra, el odiado Auld Enemy. Capaces de ser humillados por la triste Rumanía, zarandeados por Georgia, derrotados por una Argentina venida a menos, sin embargo ante el histórico rival del sur siempre sacan lo que en otras ocasiones no puede verse (como dice la BBC, Eden Park llegó a parecer un Murrayfield polinesio). Para ellos la temporada parece reducirse a la Calcutta Cup, y todo lo demás no interesa. Francamente, a pesar del espanto perpetrado por la banda de Johnno, y teniendo en cuenta el bagaje de los cuatro partidos disputados, su derrota ha sido merecida, porque no es de justicia que un equipo que apenas arriesga o anota ensayos tenga futuro alguno en la Copa del Mundo. Ahora mismo no recuerdo apenas ninguna combinación remarcable en todo el partido, sólo el empuje sin verticalidad ni ruptura de Lamont, aunque esa fue la tónica general (dato importante: ni uno ni otro lograron un solo line break en todo el encuentro). Pero al menos suplieron sus evidentes limitaciones con una dignidad y seriedad que parecía granítica al menos hasta la recta final. Los de Robinson, que sacaron petróleo de sus virtudes en el set piece (inmenso Murray en el scrum y amenazador siempre Kellock en el line) y con unos pateadores sublimes, a punto incluso estuvieron de sentenciar, cuando al mediocre De Luca se le cayó el oval a punto de ensayar (tras una patada a seguir de Danielli). Inglaterra a lo suyo, la especulación medrosa y enfermiza, esperaba su momento, acercándose en el marcador a base de lánguidos 3 en 3 y suspirando por el ensayo redentor, pasado el Ecuador de la segunda mitad, pero éste no acababa de llegar, unas veces por penalizaciones estúpidas (en su nivel, el cúmulo de infracciones inglesas fue excesivamente elevado, en scrum y rucks) y otras por errores lamentables (Wigglesworth nada más salir, Haskell, Tindall, etc.). También, de nuevo, por el nefasto criterio de Wilko a la hora de decidir cómo aprovechaba las penalizaciones escocesas. Tanto se postergó todo que al final se intuyó el drama. Sólo cuando dejaron de lado su cicatería de los estériles tiritos a palos, buscando ahora sí el line out, en pos de la zona de marca, saliendo con criterio y agilidad, Flood abrió para que Ashton (casi totalmente desaparecido hasta el momento) amarrara los cuartos ante Francia (ya hablaremos de su patética derrota ante Tonga).

5 comentarios:

  1. The Agony and the Ecstasy.

    Acabada nuestra ración de haggis,con los odiados crapauds en el horizonte inmediato,esperemos que el éxtasis nos llegue el día 23 ante nuestros primos coloniales del Down Under.
    Hasta pronto.

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  2. Vamos a repetir lo de 2003.
    El siglo XXI huele a rosa.
    además es una venganza por llenarnos Inglaterra de Walkabouts donde sirven ese pis de cocodrilo que llaman Fosters

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  3. Inglaterra sólo existe hasta cuartos.
    En ellos,la rosa se marchita.

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  4. Baribal, pues en los últimos mundiales la cosa ha comenzado a funcionar a partir de cuartos precisamente, con el resultado de sus finales consecutivas. Todavía recuerdo el milagro de hace 4 años ante Australia, con Mortlock fallando su tiro a palos al final...

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