Fin de los tests de noviembre

Se acabaron los tests de noviembre. La victoria de Irlanda frente a Sudáfrica ha sido la única nota discordante, por positiva, que hace referencia a los equipos europeos. Y es que el panorama se ha ensombrecido para las selecciones del hemisferio norte este último fin de semana de noviembre, cuando se han quebrado unas espectativas que a toro pasado parecían infladas. Por ejemplo, se han quebrado las espectativas de Francia, que tras su victoria contra los springboks ya se veían capaces de ganar a cualquiera, cuando han vuelto a padecer uno de sus habituales vaivenes ciclotímicos en forma de pájara, y las pájaras, cuando se dan frente a rivales como los all blacks, son terribles. Como terrible es encajar 5 ensayos y no poder anotar ninguno, para ser humillado en el Stade Velodrome de Marsella, feudo idóneo, antes del partido, para las victorias locales. La Francia de Liévremont es carne de psicoanalista.

Decepción también más al oeste, en Cardiff, donde Gales fue barrida por una Australia mucho más entonada de lo habitual en esta gira (los wallabies también podrían hacerle alguna visita que otra al diván). Los males de Gales, para colmo, se ampliaron a la salud de varias de sus piezas fundamentales, que sufrieron lesiones cuya gravedad podría poner límites a sus aspiraciones de cara al próximo VI Naciones. La tercera decepción le corresponde a Escocia, porque la mejora experimentada con Andy Robinson no hacía presagiar que se perdiera ante una Argentina de rebajas. Pero los argentinos son siempre rivales duros, de esos que aunque presenten mala cara siempre hay que rematarlos para merecer la victoria. Y los escoceses precisamente no remataron algunas jugadas cuyo ensayo se quedó a las puertas. Un mal que sigue aquejando a los del cardo, a pesar del cambio en el banquillo, tiene que ver con la dificultad enorme que experimentan para anotar ensayos.

La única alegría norteña (si dejamos de lado la victoria italiana, para mí menos significativa) la dieron los irlandeses que, con el ex-Munster Declan Kidney en el banquillo, se han coronado como el mejor equipo del hemisferio norte (llegando a la cuarta plaza de la clasificación mundial de la IRB), ganando todos sus partidos salvo un empate, el conseguido frente a los australianos en estos ya finalizados tests. Un diez para los verdes y, especialmente, para Kidney, que entre otros méritos ha tenido el valor de apostar por el joven Jonathan Sexton en detrimento de un Ronan O'Gara que fue su 10 de confianza ya en Munster. A día de hoy, en el norte sólo Irlanda mantiene las espectativas que genera y puede codearse con los gigantes del sur (qué bonito habría sido un partido este noviembre entre Irlanda y Nueva Zelanda).

Antecedentes del choque argentino-escocés

Mañana vuelven a verse las caras, en el estadio de Murrayfield, Escocia y Argentina. Los antecedentes de este enfrentamiento son claramente favorables a los argentinos, que han ganado 9 de los últimos 10 partidos (Escocia ganó el último precisamente, 26-14 en Buenos Aires, el 2008). De estos diez partidos, el más importante los cruzó en los cuartos de final de la última Copa del Mundo 2007, cuando los americanos vencieron 19-13 en el Stade de France, aunque de forma agónica (si el partido hubiera durado 5 minutos más, los del cardo habrían pasado a semifinales. Los argentinos estaban pagando ya el durísimo desgaste sufrido en el torneo). En el ranking de la IRB, Argentina ocupa el 8º lugar, mientras que los escoces los siguen en la 9ª plaza (aunque los americanos van bajando, desde el Mundial, desde la cuarta plaza). A simple vista, parecería que los favoritos son los argentinos, pero la Argetina de Santiago Phelan no se parece demasiado a la del brujo Loffreda, mientras que los del cardo se encuentran, por contra, bajo la dirección de Andry Robinson, en un momento óptimo. Del 15 que jugó esos cuartos del Mundial sólo quedan en la convocatoria para mañana 6 efectivos por la parte visitante: Agulla, Borges, Roncero, J.M. Fernández Lobbe, Scelzo y Albacete. Por parte de los escoceses, permanecen 7: los hermanos Lamont, Cusiter, Paterson, White, Ford y Hines.

Dejo el primer video (de 10) del partido que los enfrentó en el Mundial (aquí están los siguientes: 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10).

PD: no soporto a los periodistas argentinos que retransmiten el partido. Son casi tan broncos y parciales como los del fungol. Tienen mucho que aprender de las retransmisiones de la BBC o de Sky Sports.

La cantera escocesa

Gracias a Renton por los comentarios de la entrada anterior y por señalarme el video que cuelgo arriba, correspondiente al partido que disputaron, la semana pasada en Galashiels, la segunda selección escocesa, Escocia A, frente a los polinesios de Tonga. Vale que los tonganos no están en su mejor momento, pero en este partido los locales demuestran que la Escocia de Andy Robinson tiene una importante profundidad de banquillo. (otro video del partido)

Scotland the brave

Pues parece que sí, que vuelve Scotland the brave, una Escocia que no tiene nada que ver con la que hemos visto estos tres últimos lustros. Sólo pude ver la primera parte del partido en el pub Hogan's, pero bastaba con eso para darse cuenta del cambio significativo que ha experimentado esta selección tras coger el mando Andy Robinson. La melé caledonia volvió al nivel de hace poco tiempo (de hecho, con Hadden la melé era lo mejorcito del equipo, aunque fuera decayendo poco a poco), luchando con uno de los paquetes más duros del mundo (tal vez ahora mismo los australianos tengan la primera línea más en forma de todo el rugby mundial), ganándole más de uno de los envites. Cuando vuelvan al equipo Euan Murray, Hamilton y Hogg esta melé será difícilmente batible. Pero es que también se ven cambios positivos en los tres cuartos. Cusiter es un medio melé que, a diferencia de Blair, más encaminado a la dirección de su delantera, pone más en juego a sus zagueros, imprime un juego más dinámico, pero sin olvidarse de su delantera. Lástima que se lesionara tan pronto, víctima de la furia con la que ahora acometen los escoceses los placajes. Y es que la defensa de los locales fue un auténtico muro que destrozaba las acometidas de los wallabies. Muy bien Danielli y Rory Lamont, pero el zaguero que más me gustó (al menos en la primera parte que pude ver) es Alex Grove, el centro de Worcester, que es buenísimo en ataque y en defensa, un tipo que puede llegar muy lejos. Y qué gozada oír cómo ruge Murrayfield tras tanto tiempo de penurias y frustraciones. En fin, que, si el trabajo de Robinson sigue progresando, Escocia, aunque lo tenga muy complicado para optar al título, puede hacer un gran papel en el VI Naciones 2010. Ojo con la nueva Escocia, ¡ya era hora!

Empate entre Irlanda y Australia

Al final no pude ver el partido de la semana pasada, pero dejo las imágenes del breve resumen, junto con otro resumen de Sky con debate de su equipo de comentaristas ex-jugadores incluido (entre Dewi Morris, Jonathan Davis, Guscott, etc.).

Más ración escocesa

Video que recopila imágenes de la selección escocesa, con final de su último Grand Slam en el V Naciones, en 1990 (frente a Inglaterra), cuando Gavin Hastings comandaba a los del cardo. Cuando eran temibles.

¿Es otra esta Escocia de Andy Robinson?

Tengo cierta debilidad por Escocia. Por diversos motivos, pero también por un prejuicio judeocristiano: de las cinco potencias europeas, a día de hoy, es claramente la más débil, por resultados, pero también la que lo tiene más complicado para sacar jugadores de nivel, pues cuenta con una Federación muy pequeña. Para entendernos: mientras Francia tiene 14 equipos en su liga superprofesional, Inglaterra 12 en la Guinness, en la Magners Irlanda cuenta con 4 equipos y Gales también con otros 4. Únicamente Escocia tiene 2, Glasgow y Edinburgo, y tampoco es que estos equipos sean las mejores potencias de la liga celta. Escocia lo tiene más difícil, y todavía le pesa la losa que se les echó encima tras la retirada del mítico Gavin Hastings (a quien todavía vi jugar en el mundial de Sudáfrica en 1995). Tras el cambio (necesario) en el banquillo, con el inglés Andy Robinson sustituyendo a Frank Hadden, tal vez las cosas cambien un poco. Para empezar, ha puesto de titular a Chris Cusiter (con capitanía incluida), un medio melé que merecía más protagonismo que el sobrevalorado Mike Blair. El fin de semana pasado vencieron a la complicada Fiji, a la que tenían por encima en el ranking de la IRB (tras el partido, sin embargo, se intercambiaron las posiciones: Escocia queda en la posición número 9, mientras que Fiji baja a la 10), y este próximo sábado les espera la poderosa Australia, escenario perfecto para calibrar las verdaderas posibilidades de los caledonios en esta nueva etapa.

Tercera derrota de los Springboks

Como decía ayer, no está siendo esta gira de los sudafricanos por tierras europeas la más feliz que hayan disputado hasta ahora. De momento, tres derrotas en tres partidos. Sólo les queda Italia e Irlanda para tratar de resarcirse de este mal y preocupante inicio. En este último caso, la derrota fue ante los Saracens de Londres, 24-23, el equipo que, curiosamente, cuenta con más jugadores sudafricanos en la Guinness Premiership (tal vez también de toda Europa). Y fue un ex-springbok, el apertura Derick Hougaard, quien dio la victoria a los ingleses con un drop en los últimos instantes.

Chabal enseña los dientes a Morné Steyn

No es este noviembre una buena época para los Springboks. A sus últimas derrotas (Leicester, Francia y, esta misma noche, Saracens: 3 de 3 en su gira europea, con titulares o con suplentes, con blancos o con negros) hay que sumar detalles casi metafóricos como el del video: el divino Morné Steyn arrollado por la apisonadora Chabal. Fíjense en la primera repetición del placaje: Steyn (de espaldas) suspendido en el centro de la imagen, intentando pasar por encima de Clerc, cuando de repente aparece bruscamente una bestia barbada por su derecha y lo arranca despiadadamente del plano, lo arroja fuera de foco. Así están ahora los chicos de Peter de Villiers: arrollados, fuera de foco.

Francia detiene a la apisonadora bok

Segundo partido de la gira europea de otoño y segunda derrota para los sudafricanos, 20-13 en el Stadium de Toulouse. La semana pasada fue con el equipo B (los 'springblacks'), pero en esta ocasión ha sido con los titulares, así que se acabaron las excusas para De Villiers. Comienzan a verse grietas en la apisonadora bokke. La clave: su juego de melé ya no asusta como hace no mucho. Si ya en el mismo Tri Nations los australianos pusieron freno al dominio de su delantera en las melés, en esta ocasión la guerra se la han dado los franceses, con una primera línea muy efectiva (Barcella, Servat, Mas) y una tercera tremendamente participativa y poderosa (Dusautoir, Harinordoquy y Picamoles, que es una auténtica fuerza de la naturaleza, una fiera desbocada). Si le sumas que incluso les han birlado algún line out (Chabal), y que los tres cuartos sudafricanos nunca han podido con la defensa francesa, el resultado es claro y merecido. Incluso habría podido ser mayor la diferencia si Dupuy y Parra no hubieran estado tan fallones en el tiro, y Trihn-Duc tan desastroso en general (hoy no ha dado una el apertura francés, todo le salía mal, todos los balones se le caían, daba los pases mal y forzados, etc.).

Decía el otro día que algunos equipos están copiando el 'modelo springbok', y por lo visto Marc Lievremont es un discípulo aventajado de este estilo. Parece que jugarle a los sudafricanos con sus mismas armas, a la vez que con una intensidad y agresividad tremendas, constantes durante todo el partido, puede dar buenos resultados. Francia se dejó en el armario el 'rugby champagne' que lo ha caracterizado casi siempre para enfundarse la coraza de hierro y arremeter como auténticos bueyes contra las líneas rivales. Cómo placaban Chabal y Dusautoir. Cómo embestían Harinordoquy y la mole Picamoles. Juego de delanteras en estado puro. Al principio los visitantes llevaron la manija, adelantándose y cobrándose una ventaja de diez puntos (3-13) gracias a la efectividad de Steyn y al ensayo de Smit (ensayo que ha venido de un error clamoroso en un line out francés en su línea de 22). Pero ahí se acabó la ofensiva sudafricana. Enfangados en una guerra brutal en las melés y rucks, y tal vez pensando que podrían ganar fácil (esa prepotencia le va a jugar malas pasadas a los africanos), perdieron la concentración y a veces los papeles; se ve que están poco habituados a que sus rivales les jueguen con la misma agresividad que ellos acostumbran a manejar. Resultado: Botha y Habana desquiciados, Du Preez desconocido, Steyn y Kankowski al sin bin (Du Plessis también mereció una amarilla muy clara). Francia no brilló en ataque, pero hizo de Sudáfrica, aprovechando los errores del rival, la superioridad numérica y tratando de no tener demasiados errores. El resultado final es un claro aviso para De Villiers.

Estilo Springbok

Ayer publicó el diario Marca un artículo de Rafa Molina sobre el estilo de juego de los Springboks. Un estilo basado en el juego de delantera, poderosísima en el caso que nos ocupa (la sudafricana es una de las mejores melés del mundo, fuerte y rápida como pocas: sólo le faltaba un elemento, un tipo como Brüssow, para que rozara la perfección), buscando más aprovechar los errores del rival que en atacar directa y alegremente en busca de ensayos. Sudáfrica, está claro, tiene un estilo duro y práctico; busca más el resultado que el espectáculo. Gladiadores antes que bailarinas, no tienen problemas en ceder la iniciativa al rival mientras lo esperan, pertrechados y dispuestos al contraataque, en su retaguardia. Ya lo hizo con Jake White y ahora sigue la misma línea con Peter de Villiers. Pero resulta que eso no es nada nuevo, pues siempre ha sido básicamente ése el estilo de los Springboks a lo largo de su historia: poderosos y sacrificados gladiadores, 'espartanos' antes que 'atenienses'. La diferencia es que ahora les está dando unos resultados espectaculares (Mundial 2007 y Tri Nations 2009), tal vez gracias a una generación portentosa de jugadores (como he dicho, una melé casi perfecta, además de un 9 prodigioso como Du Preez y unos pateadores muy eficaces, como los Steyn o Pienaar, que se cobran gran parte de los errores rivales). Lo malo de todo ello, como señala también Molina, es que ahora parece que muchos otros equipos, cuyo estilo histórico siempre ha sido distinto del sudafricano, se están intentando apuntar a la corriente de su modelo de entender el rugby. Casos como los de Nueva Zelanda o Francia, sobre todo, no parece que sean opciones inteligentes, al menos a la larga, para sus aficionados, acostumbrados desde hace tiempo a otras maneras, ni tampoco para sus jugadores, entrenados en otros valores a ideas. Pero el Mundial de Nueva Zelanda se acerca y hay nervios resultadistas.

Hoy veremos cómo funcionan estos modelos, uno consolidado y el otro en formación, en el test match que enfrenta en Toulouse a Francia contra Sudáfrica. Para ir abriendo boca, dejo un video que ilustra espectacularmente este modelo de juego Springbok al que se refiere Molina.

Will Genia

Le ha costado mucho al gran Robbie Deans darse cuenta de su error al confiar tanto en Luke Burgess para substituir al mítico George Gregan como 9 titular de los wallabies. Burgess ha demostrado, partido tras partido, que le falta calidad para ocupar un puesto tan importante. Múltiples errores, nervios, falta de inspiración y de capacidad de liderazgo, ése ha sido el bagaje de Burgess los últimos casi dos años. Todo lo contrario que Will Genia, el medio melé de los Queensland Reds, que tuvo que esperar al segundo partido de los springboks en Australia (aquel en el que vencieron los wallabies, su única victoria del torneo), durante el pasado Tri Nations, para debutar como titular con su selección. Desde entonces no se ha vuelto a producir ningún cambio en la posición de 9: Genia se ha asentado ya como titular indiscutible, y una prueba de ello es el soberbio partido que realizó el sábado pasado en Twickenham, frente a Wilko & co. Más joven que Burgess, Genia es mucho más talentoso, dirigiendo a sus compañeros o en acciones personales; también trasmite mayor seguridad y una sensación de clara jerarquía que un medio melé siempre debe atesorar si quiere llevar lejos a su equipo.

Leicester derrota a los Spring-blacks

Primer partido de Sudáfrica en su gira otoñal y primera derrota. Vale que su equipo no era precisamente el titular, pero había calidad suficiente en su quince titular como para derrotar a unos Tigers que no disponían de sus cinco internacionales ingleses (L. Deacon, Crane, Croft, Moody y Hipkiss), convocados para el partido ante Australia, además de ocho bajas por lesión (Ellis, Flood, Blaze, Vesty, Staunton, el capitán Geordan Murphy, Twelvetrees y White). No hay excusas, la derrota sudafricana es importante y debe mucho al entrenador sudafricano, Peter de Villiers, que puso en liza una alineación de su estilo, es decir, siguiendo los criterios de los mandamases que lo pusieron en el cargo y que priman la selección de jugadores Springbok por el color (negro) de su piel. En esta alineación había unos 9 jugadores no blancos, entre negros y mestizos (Ralepelle, Adams, Johnson, Nokwe, Rose, De Jongh, Ndungane, Steenkamp y Raubenheimer), es decir, todo muy del gusto de De Villiers, con el protegido del entrenador al mando, Earl Rose (del que dice que puede llegar a ser "el Tiger Woods del rugby"). Algunos de ellos son buenos, pero otros no han demostrado ser mejores que otras opciones que se antojan más lógicas (por ejemplo, mejores que Adams tenemos a Kockott o a Vermaak; mejor que Ralepelle está Derick Kuun, que por algo lo tiene relegado en el banquillo en los Blue Bulls; mejor que De Jong está Bosman, etc.). Un buen ejemplo de lo que podría ser una hipotética Sudáfrica negra en rugby (creo que es la primera vez que en una alineación springbok sólo hay 6 jugadores blancos). Enfrente un equipo, el Leicester, por debajo de sus posibilidades y falto todavía del rodaje de los africanos, dirigido por el que en teoría es su tercer medio melé, el jovencísimo Ben Youngs, que sin embargo demostró (no sólo en este partido, sino en todos los que le estoy viendo esta temporada en la Guinness) ser un jugador muy talentoso, con jerarquía (a sus 20 añitos) y que ya decide partidos de este calibre. La victoria local será recordada durante mucho tiempo en Welford Road.

Wilko brilla en la derrota inglesa

Ya se sabía desde un principio: no se puede evaluar con criterio el partido de Inglaterra si tenemos en cuenta la plaga de lesiones que lleva padeciendo desde hace semanas. Lo tenía muy difícil ante los rodados australianos (que vienen de todo un Tri Nations, aunque estuvieran mal en el torneo del sur. Se les nota que están al final de su temporada), que aprovecharon su fuerza física y mayor compenetración como equipo en la segunda parte. Pero los ingleses comenzaron bien, muy bien incluso, con un drop de Wilkinson nada más iniciarse el partido ("¡Welcome home!", gritaba el locutor televisivo), y dejando un 9-5 en el marcador en el intervalo. En el pub Hogan's de Palma decenas de británicos no se lo creían; Wilko había vuelto e Inglaterra mantenía el tipo. Sir Jonny impartió también una magistral lección de placajes, sobre todo uno al gigante Mark Chisholm, al que levantó del suelo. Los wallabies parecían, en esa primera parte, la prolongación del equipo que perdía todos los line outs en el Tri Nations y que no paraba de ceder penalizaciones una tras otra. Pero a los ingleses les faltó físico (al contrario que sus rivales, se nota que están al inicio de su temporada, en fase de rodaje todavía, y su mermada primera línea lo acabó acusando), juego más fluido de sus tres cuartos y que jugadores que deberían ser claves, como 'Tintín' Geraghty y Banahan, estén más inspirados (Banahan en concreto creo que puede dar mucho de sí, pero está bastante verde, falta pulirlo). Los australianos cambiaron de cara en la segunda fase, con Ashley-Cooper y Giteau al mando, dirigidos por un grandísimo medio melé como es Will Genia (cada día que juega entiendo menos que Deans haya tardado tanto tiempo en defender al desastroso Burgess en lugar de a Genia), digno sucesor del mítico George Gregan. 9-18 al final del partido y nueva victoria de los wallabies en Twickenham, aunque en este caso la derrota local tenía más coartada que en otras ocasiones.

Vuelve Wilkinson

El mítico Jonny Wilkinson volverá el próximo sábado a jugar de titular con Inglaterra, tras año y medio de ausencia de los partidos internacionales. Será un día grande para el rugby mundial. En este video (de uno de sus últimos partidos) puede verse que el mejor Wilkinson se está viendo de nuevo en su aventura francesa.

Juego de fases (Munster, 33)

Nadie representa mejor, en el rugby moderno, el juego de fases que los irlandeses del Munster, sobre todo cuando eran entrenados por el actual seleccionador de Irlanda, Declan Kidney. En este partido que los enfrentó a los Llanelli Scarlets, todavía con Kidney en el banquillo, se puede ver como el arte de aguantar la posesión del oval, ataque tras ataque, ralentizando el juego, desesperando al rival, controlando el tiempo hasta el punto de diluirse en lo espeso, es un arte que los de Limerick dominan a la perfección. Con el partido ganado, 16-29, y con 5 minutos para llegar al final, Stringer y su poderosa delantera hacen su trabajo de forma impecable para llegar a las 33 fases y consumar el tiempo del marcador. Al final de la temporada ganaron la Heineken Cup.

Los Bulls consiguen el doblete

En el que era el último partido de Bryan Habana con los locales (ha fichado por Western Province-Stormers), los Blue Bulls se hicieron con el título de la Currie Cup, el mismo año que han ganado el Super 14. Si tenemos en cuenta que Sudáfrica, repleta de jugadores azules, arrasó en el último Tri Nations, ha sido ésta una temporada gozosa para los de Pretoria.

El partido se desniveló rápido, gracias a un hombre, un genio del rugby: Fourie Du Preez, artífice de que su equipo se plantara con una ventaja de 24-0 a los veinte minutos de partido. Du Preez maneja los partidos con maestría, con intuición y criterio, para lanzar al ataque a su equipo con una jerarquía absoluta, y eso se demostró en los tres ensayos que maquinó desde su providencial cabeza (dos finalizados por el citado Habana). Los Bulls esperaron atrás las primeras y fogosas acometidas de los Bosman, Potgieter, Brüssow y compañía; les cedieron el oval y el territorio, pero para laminarlos a la contra, con cargas fulminantes dirigidas por el imperial Du Preez. La distancia inicial ya no pudo ser enjugada luego por unos maniatados Cheetahs, que sólo se repusieron en parte, en el segunda tiempo, tras el ensayo de Breedt y el drop de Potgieter que dejaba las cosas 30-24, con tiempo para la remontada. Pero tras Du Preez surgió otro genio, encarnado en una magistral pierna derecha, la de Morné Steyn, que ha sido, en mi opinión, el jugador más decisivo del rugby mundial este 2009. Dos tiros a palos y victoria y campeonato en el bolsillo de los 'pretorianos'.