Los primeros minutos del encuentro auguraban una realidad ominosa, insoportable, para Inglaterra: un dominio absoluto, tiránico, casi 'totalitario' de los dragones, que encadenaban fase tras fase sin apenas oposición. Bien es cierto que tanto dominio resultaba improductivo, pero se intuía el drama en Twickenham si el ritmo de las cosas no variaba. Pero varió, gracias a los cambios. Primero, un inmenso Ben Morgan, el nº 8 que andaba buscando la nueva Inglaterra (al menos mientras Crane siga lesionado), un tipo de enormes condiciones que se acabará convirtiendo en uno de los mejores del mundo en su posición. Muy buenas sus salidas del scrum, su limpieza de rucks y su capacidad para ir horadando las líneas enemigas oval en mano. Luego la manija Dickson, que si bien es cierto que se trata de un medio scrum de calidad limitada, tiene el dinamismo necesario para las características de este equipo, es decir, juego rápido, directísimo, a base de fogonazos concretos, que sorprendió a los galeses en el ecuador de la primera parte. Y también Farrell, de apertura en esta ocasión, que se permitió incluso varios detalles que apuntan a una calidad creativa (aparte de su fiabilidad tirando a palos) que hasta ahora no se le conocía demasiado (sobre todo esa jugada en la que enlaza dos sombreros, mejor el primero que el segundo). El encuentro se encaminaba hacia una paliza histórica a los locales, pero estos de repente se volvieron respondones. Agazapados atrás, limitándose a mantener a los galeses al borde de la línea de 22, Inglaterra no aguantaba, sino que buscaba sus posibilidades. Varios ataques ingleses casi rompieron la línea galesa, sobre todo las arremetidas del búfalo samoano Tuilagi, potencial arma de destrucción masiva, pero el superclase Warburton marcó el límite y de ahí no pasaron las acometidas locales (sí la agónica de Sttretle, aunque no quedó del todo claro su posible ensayo).
Por parte de los visitantes, que llevan ya tres victorias seguidas, se han hecho con la Triple Crown y sólo les falta ganar a Francia en Cardiff para llevarse el Grand Slam, pudimos ver la peor versión de Philips, que ha vuelto a perder intensidad para convertirse en el medio scrum exasperantemente lento que es por lo general. Tampoco funcionaron Priestland y North, inhabilitados por la espléndida defensa inglesa, y apenas se vieron retazos de Halfpenny y Jonathan Davies II. Finalmente, Gales no pudo ganar de otro modo que 'a la inglesa', adoptando en parte el estilo que Hodgson popularizó en las dos primeras jornadas (e incluso mimetizando las celebraciones de Ashton). Realmente, teniendo en cuenta cómo llegaba cada rival al encuentro, lo ofrecido por Gales estuvo muy por debajo de lo esperado, pero al menos hay que valorar que, a diferencia de otras épocas (no muy lejanas: el pasado VI Naciones sin ir más lejos), hoy en día sí saben sacar adelante partidos que se les complican.
martes, 28 de febrero de 2012
martes, 14 de febrero de 2012
VI Naciones 2012: En Roma como en Murrayfield
Aunque alguna (leve) mejoría se pudo apreciar respecto al esperpento de Murrayfield, está claro que a día de hoy quien desee ver buen rugby debe olvidarse completamente de los partidos de Inglaterra. También de los de Italia, evidentemente (aunque los transalpinos tienen excusa), y la muestra es que los 3 ensayos conseguidos en el Olímpico de Roma nacen de la nada, provocados por errores graves del adversario. El interinaje de Lancaster no progresa, reincidiendo en alineaciones y defectos, entregado al más cicatero resultadismo. Este equipo necesita urgentemente la reincorporación de Tuilagi, Flood, Lawes y Wood, también de la titularidad de Ben Morgan, un número 8 muy interesante que de momento se ve relegado por el mediocre Dowson (que no es mal flanker, pero la posición que le adjudica Lancaster lo anula).
En esta ocasión los backs ingleses entraron algo más en juego, sobre todo Barritt (ya no limitado a tareas defensivas), pero sin brillo ni continuidad. Youngs sigue fuera de los partidos, incapaz de definir un ritmo de juego, hasta el punto de que el limitado Dickson, gracias a su dinamismo, al menos permite alguna alegría a sus tres cuartos. Algunos minutos de la segunda parte, donde la ofensiva ya era inexcusable (se perdía 15-6), no estuvieron del todo mal, aunque se nota que falta mucho trabajo que hacer y que, posiblemente, esta tarea le viene muy grande al interino Lancaster. Inglaterra juega sin alas, con Foden desaprovechado, sin balones, y más pendiente de los errores rivales que de construir rugby ofensivo que vaya más allá de una alocada batería de patadas a seguir. No se crean espacios, el ritmo es lento y pesado, y ante Italia también se comenzó a flaquear en el set piece (algún scrum favorable perdido, y varios line outs birlados por los italianos). De lo poco salvable, el joven Farrell, que muestra una enorme madurez en los momentos decisivos. Pero no hay duda de que, si no hay cambios (de estilo y de jugadores), se intuye el drama en los siguientes partidos de La Rosa, ante los tres cocos de la competición (en este orden: Gales, Francia e Irlanda).
En esta ocasión los backs ingleses entraron algo más en juego, sobre todo Barritt (ya no limitado a tareas defensivas), pero sin brillo ni continuidad. Youngs sigue fuera de los partidos, incapaz de definir un ritmo de juego, hasta el punto de que el limitado Dickson, gracias a su dinamismo, al menos permite alguna alegría a sus tres cuartos. Algunos minutos de la segunda parte, donde la ofensiva ya era inexcusable (se perdía 15-6), no estuvieron del todo mal, aunque se nota que falta mucho trabajo que hacer y que, posiblemente, esta tarea le viene muy grande al interino Lancaster. Inglaterra juega sin alas, con Foden desaprovechado, sin balones, y más pendiente de los errores rivales que de construir rugby ofensivo que vaya más allá de una alocada batería de patadas a seguir. No se crean espacios, el ritmo es lento y pesado, y ante Italia también se comenzó a flaquear en el set piece (algún scrum favorable perdido, y varios line outs birlados por los italianos). De lo poco salvable, el joven Farrell, que muestra una enorme madurez en los momentos decisivos. Pero no hay duda de que, si no hay cambios (de estilo y de jugadores), se intuye el drama en los siguientes partidos de La Rosa, ante los tres cocos de la competición (en este orden: Gales, Francia e Irlanda).
sábado, 11 de febrero de 2012
VI Naciones 2012: Gales se acostumbra a derrotar a Irlanda
Llego algo tarde a la crónica de este partido, sobre el que ya se ha pronunciado todo el mundo. "Dramatic, controversial, exciting" decía Eddie Butler en la BBC al final de los 80 minutos, extasiado de rugby, y tenía toda la razón. Del partido de delanteras vivido en Murrayfield, pasamos en el Aviva Stadium a un brillante despliegue de tres cuartos dinámicos, incisivos, siempre buscando espacios, combinando. De la racanería que no pone nada en juego pasamos al riesgo, al vértigo de la apuesta declarada por la victoria. Los dos fueron grandes combatientes, pero creo que Gales mereció ganar, pues su ataque atesoró más ritmo y continuidad que el de los locales, entregado en demasía a breves momentos de intensidad. Ahora mismo Gales es un equipo en progresión claramente ascendente, mientras que Irlanda trata de mantener el nivel de hace dos años, aunque difícilmente puede evitar el declive general, que es la prolongación del ocaso de sus estrellas durante la última década.
Todo se decidió al final, y con una tarjeta roja que se quedó en sin bin para Bradley Davis, pero lo de Gales fue un espectáculo precioso: con qué soltura y desparpajo jugaron los últimos 3 minutos, un punto abajo, con una madurez de equipo cuajado, grande, digno de las mejores hazañas, convirtiéndose en el principal favorito para este torneo (no he visto a Francia todavía, pero un partido en casa ante Italia no parece indicativo todavía de la condición o no de favorito al título). Con un trío de jugadores decisivos, como Halfpenny, North y el omnipresente Jonathan Davies (voy a darle al autobombo: recuerden en qué blog, desde hace un par de años, ya señalábamos que este chico era un crack), y sobreponiéndose a las numerosas bajas y a un errático porcentaje de tiro a palos de Priestland (mucho más entonado con el oval en juego). Una maravilla el segundo ensayo de los dragones: salida de line out vertiginosa (repitiendo uno de los ensayos del Mundial ante la misma Irlanda), con un extraordinario North (recordemos: sólo 19 añitos y ya 10 ensayos con los dragones) cada día más asentado, que explota su físico imponente, y dejando un off load de quilates (portentoso también el de Priestland en el primer try) ante un Davies que se mueve entre la defensa irlandesa como nadie (ya lleva 3 ensayos en 2 partidos).
Para acabar, varios detalles irlandeses que no me gustaron nada. Primero, el rodillazo que le regala Murray a Davies en el segundo ensayo. Y, peor aún, la tremenda pitada general contra Halfpenny cuando éste prepara el tiro decisivo. Por mucho que se jugara ahí el partido, fue indigno de la habitualmente muy respetuosa afición irlandesa.
Todo se decidió al final, y con una tarjeta roja que se quedó en sin bin para Bradley Davis, pero lo de Gales fue un espectáculo precioso: con qué soltura y desparpajo jugaron los últimos 3 minutos, un punto abajo, con una madurez de equipo cuajado, grande, digno de las mejores hazañas, convirtiéndose en el principal favorito para este torneo (no he visto a Francia todavía, pero un partido en casa ante Italia no parece indicativo todavía de la condición o no de favorito al título). Con un trío de jugadores decisivos, como Halfpenny, North y el omnipresente Jonathan Davies (voy a darle al autobombo: recuerden en qué blog, desde hace un par de años, ya señalábamos que este chico era un crack), y sobreponiéndose a las numerosas bajas y a un errático porcentaje de tiro a palos de Priestland (mucho más entonado con el oval en juego). Una maravilla el segundo ensayo de los dragones: salida de line out vertiginosa (repitiendo uno de los ensayos del Mundial ante la misma Irlanda), con un extraordinario North (recordemos: sólo 19 añitos y ya 10 ensayos con los dragones) cada día más asentado, que explota su físico imponente, y dejando un off load de quilates (portentoso también el de Priestland en el primer try) ante un Davies que se mueve entre la defensa irlandesa como nadie (ya lleva 3 ensayos en 2 partidos).
Para acabar, varios detalles irlandeses que no me gustaron nada. Primero, el rodillazo que le regala Murray a Davies en el segundo ensayo. Y, peor aún, la tremenda pitada general contra Halfpenny cuando éste prepara el tiro decisivo. Por mucho que se jugara ahí el partido, fue indigno de la habitualmente muy respetuosa afición irlandesa.
lunes, 6 de febrero de 2012
VI Naciones 2012: La peor Calcutta Cup posible
Sin duda, este Escocia-Inglaterra (6-13) ha sido una de las ediciones de la Calcutta Cup más pobres y tristes que se recuerdan. Rozando el esperpento, el partido fue deplorable por ambas partes, aunque por motivos diferentes. De Escocia no diré nada, porque ya lo considero un caso perdido (coincido con el análisis del maestro Blakeway: Delenda est Caledonia). En la segunda parte tuvieron opciones de sobra para llevarse la victoria con claridad, pero fallaron en lo de siempre.
En cuanto a Inglaterra, señalar que ganó por primera vez en Murrayfield desde el 2004, y ese dato es lo único positivo para ellos. Pues en cuanto al contenido del enfrentamiento, poco a destacar, dado que se limitó a imponer el catenaccio ovalado, limitándose a defender entregando el balón a los inoperantes escoceses, bloqueándolos en su terreno (al menos en la primera parte). No fue mala tarea defensiva en los primeros 40 minutos, pero si tenemos en cuenta que se enfrentaban al probable peor ataque del torneo, las perspectivas futuras no pueden ser en absoluto optimistas. Reapareció la genética rugbística de los ingleses, como un poderoso scrum, varios mauls interesantes, junto al oportunismo de siempre, pero se antoja insuficiente para tener opciones ante galeses y franceses, los favoritos este año. Es lo que tiene el limbo del interinaje, creo yo, que (parafraseando a Gramsci) el orden pasado ya acabó pero todavía no acaba de asomar lo nuevo. El ataque de los de Lancaster fue casi inexistente, parecía como si jugaran sin medio scrum y apertura, y con ambos centros entregados a las tareas propias del flanker, porque todo se limitó a un abuso de la patada a seguir, un tímido contraataque, un par de avances por el centro fracasados por sendos knock ons y una patada lateral de Hodgson a Strettle, cuyo ensayo detuvo Denton in extremis. Bueno, y la jugada del ensayo, aprovechando un error de Parks, pero sin brillo alguno. Youngs, como decía, se limitó a patear el oval una y otra vez, sin tratar de jugarlo intentando conectar con su tripleta Sarrie de apertura-centros, e incapaz de potenciar la rapidez de Foden y Ashton. Otro 'sarraceno', Strettle, estuvo peor si cabe, dejando vía libre a varios ataques locales, y no mostrando ningún peligro en ataque (sólo el pase citado de Hodgson).
En conjunto, salvaría sólo a Barritt (13 placajes, líder del encuentro en esta categoría) y a la primera línea (también la frialdad de Farrell tirando a palos), añadiendo que el 'scarlet' Morgan demostró más en su primera jugada, con una buena salida de un scrum a favor, que Dowson en 68 minutos en la posición de 8 (en la que, para mí, el fijo debería a la larga ser Jordan Crane, ahora lesionado de gravedad). Esta Inglaterra necesita recuperar rápido a los ausentes Tuilagi, Flood, Lawes, Crane y Wood, y tal vez cambiar a Strettle por Banahan o Sharples. Pero de momento no se aprecia ningún recambio, en calidad y jerarquía, a los históricos Wilko o Moody, ni una idea de juego potable por parte del interino Lancaster.
En cuanto a Inglaterra, señalar que ganó por primera vez en Murrayfield desde el 2004, y ese dato es lo único positivo para ellos. Pues en cuanto al contenido del enfrentamiento, poco a destacar, dado que se limitó a imponer el catenaccio ovalado, limitándose a defender entregando el balón a los inoperantes escoceses, bloqueándolos en su terreno (al menos en la primera parte). No fue mala tarea defensiva en los primeros 40 minutos, pero si tenemos en cuenta que se enfrentaban al probable peor ataque del torneo, las perspectivas futuras no pueden ser en absoluto optimistas. Reapareció la genética rugbística de los ingleses, como un poderoso scrum, varios mauls interesantes, junto al oportunismo de siempre, pero se antoja insuficiente para tener opciones ante galeses y franceses, los favoritos este año. Es lo que tiene el limbo del interinaje, creo yo, que (parafraseando a Gramsci) el orden pasado ya acabó pero todavía no acaba de asomar lo nuevo. El ataque de los de Lancaster fue casi inexistente, parecía como si jugaran sin medio scrum y apertura, y con ambos centros entregados a las tareas propias del flanker, porque todo se limitó a un abuso de la patada a seguir, un tímido contraataque, un par de avances por el centro fracasados por sendos knock ons y una patada lateral de Hodgson a Strettle, cuyo ensayo detuvo Denton in extremis. Bueno, y la jugada del ensayo, aprovechando un error de Parks, pero sin brillo alguno. Youngs, como decía, se limitó a patear el oval una y otra vez, sin tratar de jugarlo intentando conectar con su tripleta Sarrie de apertura-centros, e incapaz de potenciar la rapidez de Foden y Ashton. Otro 'sarraceno', Strettle, estuvo peor si cabe, dejando vía libre a varios ataques locales, y no mostrando ningún peligro en ataque (sólo el pase citado de Hodgson).
En conjunto, salvaría sólo a Barritt (13 placajes, líder del encuentro en esta categoría) y a la primera línea (también la frialdad de Farrell tirando a palos), añadiendo que el 'scarlet' Morgan demostró más en su primera jugada, con una buena salida de un scrum a favor, que Dowson en 68 minutos en la posición de 8 (en la que, para mí, el fijo debería a la larga ser Jordan Crane, ahora lesionado de gravedad). Esta Inglaterra necesita recuperar rápido a los ausentes Tuilagi, Flood, Lawes, Crane y Wood, y tal vez cambiar a Strettle por Banahan o Sharples. Pero de momento no se aprecia ningún recambio, en calidad y jerarquía, a los históricos Wilko o Moody, ni una idea de juego potable por parte del interino Lancaster.
jueves, 2 de febrero de 2012
Captain Robshaw
A pesar de que parece que finalmente será Tom Wood el capitán de la nueva Inglaterra, el sensacional flanker de los exitosos Harlequins, Chris Robshaw, ha sido escogido por el interino Lancaster para liderar al Quince de la Rosa durante las dos primeras jornadas del Six Nations (los dos partidos que se perderá Wood por lesión). Ha generado cierto desconcierto esta decisión, dado que Robshaw sólo atesoraba una cap con Inglaterra, pero considero que se trata de un acierto. Por dos motivos: Robshaw es un líder nato, que ha llevado a los Quins, desde que es su capitán, al liderato de la Premiership por primera vez en bastantes años; además, me parece uno de los mejores flankers del hemisferio Norte, y es absolutamente delirante que el nefasto (como entrenador) Johnno no se lo llevara al Mundial ni lo convocara para el anterior Six Nations. Por tanto, considero que se trata de una decisión acertada de Lancaster, aunque espero que Robshaw se asiente permanentemente en la responsabilidad, y continúe como capitán tras la recuperación de Wood.
Dejo arriba un video de la Premiership, dedicado a Robshaw como 'Man of the month' de noviembre pasado.
PD: por cierto, ya hay alineación titular de la Rosa para el sábado en Murrayfield. Me gusta: Foden, Ashton, Barritt, Farrell, Strettle, Hodgson, Youngs, Corbisiero, Hartley, Cole, Botha, Palmer, Robshaw, Croft y Dowson.
Dejo arriba un video de la Premiership, dedicado a Robshaw como 'Man of the month' de noviembre pasado.
PD: por cierto, ya hay alineación titular de la Rosa para el sábado en Murrayfield. Me gusta: Foden, Ashton, Barritt, Farrell, Strettle, Hodgson, Youngs, Corbisiero, Hartley, Cole, Botha, Palmer, Robshaw, Croft y Dowson.
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