viernes, 21 de agosto de 2009
Esto es rugby
VI Naciones 2006. En el Millenium de Cardiff, partido entre la campeona del año anterior, Gales, y una Escocia que desde la retirada del fabuloso Gavin Hastings lleva demasiados años sin brillar. Saque de line-out favorable a los locales, que vencen 7-3 a los 20 minutos de juego. El galés Ian Gough placa fuera de tiempo al escocés Scott Murray, que reacciona impulsivamente soltándole una patada en plena cara. Algunos exclamarán: "ahí está el rugby, violencia y más violencia". Esperemos mejor al final de la secuencia. El árbitro, el neocelandés Steve Walsh, llama a los implicados. Les explica claramente los motivos de su decisión: sin bin para Gough y tarjeta roja para Murray, que reconoce su culpa, pide disculpas a Gough (el capitán de éste, Gareth Thomas, en correspondencia, acaricia la cara del caledonio) y también al árbitro ("sorry, Sir"), y se retira humildemente, sin alharacas ni victimismo alguno. Respeto al árbitro y al rival, reconocimiento de la propia culpa. Aspectos, estos sí, que no abundan en otros deportes.
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